Hoy me he sentado a la sombra de tu ausencia a ver
pasar las nubes que se hacinan en mis ojos miopes.
¿Sabes? Desde entonces me han crecido hebras de
plata, cicatrices en el rostro y sembrado tristezas en esos pliegues de
costuras torcidas, pero si escarbas en la tierra de mi alma, ahí estoy
escondida para que el sol no me queme y el miedo no ajuste cuentas conmigo.
Más que palabras, lo que regalo son suspiros,
jadeos y gemidos, de tanto dolor guardado, puesto que no hay quien supere tu destierro
a cielos donde no abarca ni en la imaginación más templada.
No me guardo nada, mis manos están huecas pero,
sin proponérmelo, doy fatiga a quien generosamente acaricia mi piel ajada.
Esparzo desdichas y nostalgias, penas y amarguras,
aunque en mi boca encuentres la figura de una sonrisa apagada, el recuerdo de
lo que fue.
Cada día me visto de ti para que el mundo me
desnude y vea lo que no soy pues, ¿a quién le importa lo que siente una mujer
despojada de un amor?
Nadie es quien para que me juzgue, ni diga ni
hable, ni siquiera murmure al verme pasar.
Hay duelos que no terminan, hay llantos que no
cesan, hay soledades que no marchitan.
Hoy me senté a la sombra de tu ausencia a ver
pasar la vida… Por favor, no me pidas que me suba a ella. Sin ti, no quiero
nada.
MªÁngeles Cantalapiedra
#Al otro lado del tiempo #Mujeres descosidas
#Sevilla…Gymnopédies
1 comentario:
Como dices: "Hay duelos que no terminan, hay llantos que no cesan, hay soledades que no marchitan".
Sentir no es fácil. Me refiero a interpretar el sufrimiento; porque siempre encontramos una causa externa a nosotros. Y lo vemos tan claro que no hay otra realidad que esa. Que no hay otra percepción posible. Que es así.
Y cada vez que vuelve es una oportunidad más para desengancharse de esa manera de ver.
Siempre estamos a tiempo.
Un cafelito?
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