lunes, diciembre 04, 2017

HOLA, ¿CÓMO ESTÁS?

La nostalgia y la tristeza son mis dos grandes batallas por destruir y mientras gano guerrillas diarias, leo para evaporar en letras lo que no sé cambiar o aceptar…

Anoche mis ojos se toparon con un artículo hablando del anonimato creciente que desemboca en una soledad arisca, tan fría como un témpano y mi cabeza voló a la casa de mi madre.

Son pocos vecinos, catorce en total. Son los de siempre más los que llegaron después debido a ventas de los inmuebles por defunción de los antiguos dueños. Menos dos que son hurones mirando al suelo si te ven entrar para no verse obligados a hablar, el resto es un poco una gran familia. Se alegran cuando te ven tirando de la maleta, tocan al timbre si oyen un ruido extraño, o comunico a la vecina de enfrente que estoy por si me necesitara. ¡Es una gozada! No me son indiferentes, no les soy extraña. En cierto modo nos sabemos nuestras vidas sin entrometernos pero sintiéndonos humanos.

Para mí es como un vaso de agua fresca el sentirme identificada, el saberme acompañada tras una pared. Porque hay un problema genérico y acuciante en nuestra sociedad y es la incomunicación, esa soledad lacerante que cada vez azota más y con más rabia.
Las viviendas de hoy es un anonimato tan sordo que hiere. En mi casa somos treinta y dos vecinos; solo conozco a tres y llevo dieciocho años viviendo en el edificio.

Vete al gimnasio, a la asociación de viudas, a clase de arameo, a jugar a ser poeta…, lo que se te ocurra, pero no te quedes encerrado. No es cuestión de edad, sino de actitud. Nos vamos disolviendo como humanos por miedo, por inseguridad, por egoísmo… que, un día, ni nosotros vamos a saber quién es el que está delante del espejo.

La noticia que salió hace unas semanas del hallazgo de un hombre momificado. Llevaba cuatro años muerto, y nadie se acordó de él.

¿Tanto cuesta decir “Hola, ¿cómo estás?”?

5 comentarios:

Macondo dijo...

Tan malos son los que no les importas nada, como los que les importas más de la cuenta. Qué importante es encontrar gente con la que puedes contar cuanto hace falta, pero que sabe respetar tu independencia cuando no la hace. Que te aprecia de alguna manera, no que tiene curiosidad por tu vida.
Besos.

Pedro Luso de Carvalho dijo...

Olá, Mª Ángeles!
Gostei muito desta sua crônica, a começar pelo seu título: HOLA, ¿CÓMO ESTÁS?
Sempre que encontro pessoas conhecidas, no Uruguai ou na Argentina, ouço esse charmoso cumprimento: Hola, ¿cómo estás?
A tua crônica é muit boa. Parabéns.
Um beijo.
Pedro

anuar bolaños dijo...

Me llama la atención tu libro.

Alondra dijo...

Me encanta llegar a tu ventana porque hablas de las cosas sencillas que al final son las que importan... Llevo 40 años en mi casa, un edificio de cinco plantas y cuatro apartamentos por planta. Todos sabemos que estamos ahí para lo que se necesite pero nadie inoportuna en la casa de nadie. Cuando llegamos hubo epidemia de embarazos, ahora nos vamos haciendo mayores y todos disfrutamos cuando en el portal vemos aquellos niños que ahora son padres y madres. Estos días extraño los pasos de mi vecina por el pasillo, su marido murió el mes pasado y ahora ella se fue para una residencia...
Después de haber crecido en una gran ciudad me encanta este pueblo grande donde siempre hay alguien que te saluda por la calle.
Un abrazo afectuoso.

Laura. M dijo...

Que cierto es que cada día esa soledad nos va atrapando, vivimos aislados de nuestros propios vecinos, que poco queda de la comunicacion de antes. 9 somos en mi casa, y hay veces que nos pasamos semanas sin encontrarnos en las escaleras.
Aún admiro en esos barrios donde siguen por las tardes saliendo a tomar el sol los mayores...
Buen jueves.
Besos.