Ayer fue de esos días que
sientes tanto que te duele el alma de tanto sentir. Un alma que ni se ve ni se
toca, pero que sientes que está dentro de ti…
Ayer te vi y me quedé largos minutos mirándote,
adivinándote, descubriéndote. Tus ojos escocían dolor, el tiempo hizo mella en
ti, y el sufrimiento te desfiguró.
¡Ironías! Te hacía más humano;
los duelos te habían puesto ojos al corazón, y razón al pensamiento.
Tu arrogancia ya no estaba, se desarmó ante el
tormento y te desnudó para mostrarme la fragilidad de tu ser, la humildad de tu
piel.
Y la
aflicción rindió tributo a los cinco sentidos perdidos en la prepotencia vana,
transformándote en ser humano sensible, en modesta persona.
Ayer vi tu herida, tan grande que te descoses por
las costuras, sin embargo, ahora irradias ser mortal. Aún sin vencer el dolor,
lo has vencido. Al fin te has hecho persona.
… El dolor no conoce fronteras aunque se empecine en los débiles, con el tiempo todos caen. No hay señores ni esclavos, ni ricos ni pobres. El tiburón hiere a cualquiera.
3 comentarios:
El sufrimiento nos iguala y humaniza. Al final todos vamos a parar al mismo sitio.
Sí que duele Mª Ángeles. Y parece imposible que no se pueda parar tanto dolor ...
Hermoso foto.
Besos
Olá Mª Ángeles.
Belíssima prosa poética. Gostei muito.
Um beijo.
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