No estoy
aquí para silbarte la memoria perdida,
ni siquiera la que pretendes borrar. Allá tú si no quieres tener historia donde
cimentar tu presente que se irá haciendo futuro si se te otorga el privilegio
de seguir viviendo. Tampoco pretendo dirigirte a que te ancles en el pasado
porque agua pasada ya sabes que no mueve molinos de agua. Sin embargo lo que
hoy eres, es parte de lo que fuiste y si osas recordar, notarás que por tus
actos corrieron triunfos y fracasos, partes fundamentales para que tengas presente
ciertos hechos a procurar no repetir así como los aciertos los encauces en tus
siguientes pasos. Tal vez quieras olvidar o recordar demasiado y eso alimente
prejuicios, complejos sociales, rencores, odios que enturbian tu presente, de
ahí tu actitud.
Yo no quiero
olvidar mi pasado, es decir de dónde vengo porque en muchos casos he de dar las
gracias. En otros recuerdos no deseo perderlos para evitar repetirlos, para ser
consecuente y ver el lado positivo de una experiencia. En los tropezones
siempre hay una lectura positiva que nos hace aprender.
La memoria
histórica intima y personal de cada uno es fundamental, pero nunca para sembrar
odio, separatismo, rencor o miedo y borrar de un plumazo un pasado que está
ahí, que has vivido. Es riqueza para tu presente, es comprensión, es perdón o
es una satisfacción en otros casos.
Que borren la
historia de mi paisaje no me gusta. Sí comprendo que en ciertos momentos es recordar un dolor, un sufrimiento, pero el
tiempo se supone inteligente, no borra, pero las heridas las cierra y te anima
a caminar por tus presentes, no a volver la cabeza para odiar más, para que
enturbie tu carácter, no, ni siquiera para el hombre que está condenado a
repetir sus errores.
Hay que mirar los
paisajes con amor, el amor sopesado en bases sólidas y vivencias de esperanza,
insisto nunca de rencores y menos esas gentes que gracias a haber vivido otros
escenarios mucho más positivos y democráticos, ahora hablen de algo que ni
siquiera han vivido y vapuleen la historia con dolor y enfrentamientos tratando
de aniquilar nombres, calles, estatuas, lo que pillen por el camino, utilizando
además a muertos que murieron injustamente, incomprendidos en el mundo que les
tocó vivir.
Recuerda, sí,
recuerda, balancéate en pasados familiares, en los tuyos, pero rodeado de luz,
luz que guie tus hechos por sendas de respeto, tolerancia. No echemos culpas,
porquerías sobre los hombros de otros, ¿qué aporta? Odio y enturbia tu
felicidad, tu conciencia, tu paz.
Tiempos convulsos
en los que todos necesitamos esperanzas, no envidias y mucho más comprensión
los unos por los otros y viceversa.
Si los políticos
son incapaces de hacerlo, hagámoslo la ciudadanía, al fin y al cabo somos
dueños de nuestro destino, de nuestra nación, de nuestras vidas.
Demos más y pidamos
menos.
3 comentarios:
No me va lo de recordar. Prefiero vivir sin mirar hacia atrás. ¿Has visto mis sms?
Besos de Reina
No depende de la voluntad.
Incluso sin enfermedad el cerebro modifica los recuerdos para que nos duelan.
A mí no me importa olvidar lo malo.
De ahí sólo extraigo dolor.
Besos.
¡Bravo!
Estoy de acuerdo contigo. El pasado esta ahí con todo lo bueno y lo malo, pero resucitar odios es nocivo para vivir un presente que tiene ya su propio afán.
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