La fe es un sentimiento de raíz íntima y personal. Intransferible y absurdo
el hecho de tratar de explicar ese “leitmotiv” que te lleva a sentir algo que
no se toca ni se ve, sólo recorre los caminos recónditos de tu ser.
Creer o no creer, ésa es la cuestión… Vivir un fervor, pensar en tu Dios,
se llame cómo se llame, expresar un sentimiento de religiosidad a través de
unas manifestaciones que algunos tachen de folclóricas es ser muy osado. Habrá
quienes prefieran llevar sus aspectos más íntimos de fe de una manera callada y
recogida. Y habrá quienes prefieran manifestar sus querencias o creencias a
golpe de banda musical arrastrando sus cadenas por calles empedradas. Es más,
llamando guapa a una imagen, cantándola una saeta en una esquina, soportando el
peso de un arte hecho vida durante horas, incluso peleándose por ser costalero,
alguno muriendo mientras portaba el peso de su credo.
La fe es irracional, cada uno la manifiesta de una forma, la vive de una
manera, pero nunca tacharla de folclore; ha de haber un respeto.
Castilla es silente, sobria, enjuta. Andalucía es luz, alegría, lo da la
tierra.
En Sevilla hay que perderse entre su bulla, mirarla en distancias cortas,
beber su idiosincrasia para terminar emocionándote profundamente por esa fe
hecha a su manera, por ese orgullo de mostrar lo suyo con respeto y alegría.
Luego lo podrás compartir o no, pero sí admirar… siempre; hay que estar
allí in situ para oler su aroma.
Sevilla para mí es un amor irracional como todo amor que se precie; no
puedes explicarlo. Sólo sentirlo y disfrutar de él.
3 comentarios:
Sólo he estado una vez en Sevilla y de paso...
Cuando tengo tiempo para viajar, en verano, hace demasiado calor para ir.... en Semana Santa debe estar abarrotaaaaaá, total que no voy nunca.
Besos.
En muchas ocasiones se sale del paso con el dicho aquel de que "Los caminos del Señor son inescrutables".
Si hay alguna verdad auténtica acerca del cómo (o por dónde) se llega a sanar la herida de la separación original, la susodicha cita deja escrito con letras de oro lo que de incatalogable hay en cuanto a las infinitas posibilidades de reunificar lo que nunca estuvo dividido, pues se trata más bien de ser encontrado a lo largo de ese camino que le escoge a uno y no al revés.
Como bien dices, los sobrios castellanos habrán sido encontrados de aquella manera, y los campanilleros andaluces serán hallados a la suya.
Yo tuve que ir a Oriente y dar la vuelta al Globo para encontrarme.
Todo está bien como sea que suceda.
Besos y abrazos.
Codorníu
La semana Santa de Sevilla estoy segura que la vivis de una manera especial y a Dios todos lo llevamos en nuestros corazones con amor.
Un abrazo
Maite
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