domingo, julio 12, 2015

SEMBLANZAS CASTELLANAS Y ALGO MÁS

En el estío, al atardecer, cuando el sol no pica y el horizonte se esponja en violetas y naranjas, Castilla nace por sus senderos.
Sus atardeceres ensanchan la última frontera de los campos de labranza, donde la luz descansa en la llanura, y emerge otra vida al abrigo de un sol que muere.

La savia, entonces, renace en las calles apagadas de un calor que quema a mi Castilla. Es el momento de encuentros y recuentos, del reposo, de la calma y el vientecillo ligero; es la hora del murmullo en la calle copada de asientos con olor a tertulia.

Los caminos se pueblan de pasos tranquilos, del respirar íntimo en el silencio de la tierra que suspira de tanto grado sin sombra. Despiertan las estrellas en este mar castellano. Son farolillos que entonan a una luna de plata y oro.

En los bancos del apeadero de la estación, en un pueblo no muy remoto, se sientan los ancianos a ver pasar un tren con destino al más allá; lo miran iluminados y ven caer al pasajero que regresa a sus raíces.

A la fresca de la noche se ventilan verbos del día consumido en calores y trigales.
Las puertas de las casas se iluminan de palabras, arden las lenguas, voces entrecortadas si son cuitas del vecino, mientras que, en la espadaña de la iglesia, duerme la cigüeña.

Huele a campo, a tierra recién cortada, a la madre que parió su embrujo sobre las sienes de los hombres que la trabajan.

En Castilla se ha parado el reloj por este aroma de verano que baña mis campos de Machado. Mañana será La verbena, después la romería, la vaquilla y el encierro porque, en mis campos sesgados, ha nacido el verano y con él la alegría de la fiesta y el descanso.


Cierto es que ya no hay veraneos como los de antes que comenzaban a finales de junio y acababan en septiembre. Luego, su banda se estrechó limitándose a dos meses escasos, más tarde, a uno y, hoy, ni se sabe.

El verano aparece troceado a lo largo de los doce meses. Cuando quieres desconectar, ya has de volver a la rutina. El estío se muda a unos días en primavera que viajas a un paraíso que, en esa época, es mucho más barato.
Los días en invierno son cortos pero sirven para deslizarte unas horas por cumbres inmaculadas.
Un fin de semana loco en el que precisas un día más para perderte y olvidar.
También se necesita algún día para saborear la ciudad, hacer un papeleo imprescindible y, finalmente, unos días al sol de un verano que ha quedado tan mermado que apenas le respiras.

Las hipotecas, la falta de empleo, el trabajo más que precario, las que asfixian aquellos largos veranos, pero es también que los ritmos han cambiado, las necesidades de abarcar un todo para llegar a una nada son tan exageradamente reales que el cuerpo casi llega exhausto al fin proyectado.
Yo soy de esas personas que trituran el tiempo de ocio para que dé más de sí y echo de menos esos pingues estíos en que terminaba desconectando de tal manera que, cuando volvía, mis ojos descubrían la rutina con placer. Todo me resultaba novedoso e inquietante; hoy el primer pensamiento que se me cruza es decirme “Si parece que fue ayer”
No me ha dado tiempo a apagar el interruptor que oxidaba mis neuronas, cuando ya estoy de vuelta. Una tibia nostalgia del ayer, un dolor al sentir como arranco las raíces que apenas hace diez días las sumergí en agua para volver a echar hojas y posteriormente florecer.

Amaneció lloviendo a cántaros “estoy en mi elemento” me dije, mientras miraba por la ventana. Intuí que la costa estaba cerca pues una gaviota vino de visita y se instaló sin pudor en la poyata… No me dio tiempo a respirar el salitre, a bañarme en el rumor de una ola pues debía volver al asfalto, a la gran ciudad que ya tampoco descansa; ya nadie la abandona más de una semana seguida.
Decimos que volvemos satisfechos, ¿qué vamos a decir? Al menos somos dadivosos con nuestras mentes, y tratamos de susurrarlas que han tomado un pequeño aperitivo, el suficiente para continuar, pero en el fondo es mentira; sólo nos quedará el poder de la imaginación para soñar en aquellos días que fueron infinitos.

1 comentario:

Obat Benjolan Kecil Di Leher Kiri, Kanan dan Belakang dijo...

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