Para nada soy
feminista, pero me siento genial en la piel de mujer, y muy
orgullosa de mis homólogas. Acabo de ver una lista de mujeres muy conocidas que
cubren todos los ámbitos de la sociedad como iconos de superación y
profesionalidad. Desde una Concha Velasco, la reina Letizia, Soraya Sainz de
Santamaría, Victoria Beckhan, Bruce Jenner…, hasta nombres desconocidos que
abarcan profesiones de médicos, profesoras, abogadas, amas de casa…
Nombres propios sin
rostros que se hacen un hueco en nuestra sociedad trabajando, dando lo mejor de
sí mismas para que el mundo que les ha tocado vivir sea un poco mejor. Chirrían
aún esa voces que claman en el SXXI las desigualdades laborales y de sueldos;
el hombre sigue estando mejor valorado que la mujer…, eso dicen.
Después de estar
media vida trabajando fuera de casa, he tenido la fortuna de no sentir a mis
espaldas que me valoraban menos que a un compañero o que me pagaban menos que a
él; nunca. De ese trabajo, de horas interminables muchas veces, me he llevado
la experiencia, las metas conseguidas, el trabajo en equipo, mis fantásticos
compañeros, y esos ratos arañados al tiempo donde nuestras vidas se desgranaban
entre risas y lágrimas de miel.
Cuatro años después
de haber cerrado mi ciclo laboral, rindo homenaje a esas mujeres sin nombre
conocido, pero de ánimo incombustible… Marta con dos hijos, comercial de banca,
viviendo muy lejos de su trabajo y haciendo malabares para coordinar familia y
trabajo. María, experta hipotecaria, soltera y dando lo mejor de sí misma en su
trabajo y en su vida personal. Pachus, madre 100% las veinticuatro horas del
día, llevando los negocios familiares y aún tiene hueco para hacer risas de sus
aventuras y desventuras. Che, dos hijos en desequilibrio constante por unos
trabajos precarios. Eso si es que los tienen. Ella sola ha sacado adelante a
sus hijos, ha trabajado de sol a sol y cuando acaba el día, todavía tiene una
sonrisa que regalarnos. María, psicóloga y embarazada. Carmen, gestora de unas
cuantas empresas, dos hijos y siempre perfecta para su chico… Ejemplos de
mujeres sin rostro, como todos los ejemplos que podrías poner vosotros mientras
me leéis.
Estoy convencida
que las generaciones de mujeres de hoy, ya no juegan con la desventaja de las
otras mujeres que las precedieron porque hoy, las que tienen pareja, éstas se
implican más, son un tandeen a medias repartiéndose los deberes y haberes para que
la familia funcione.
No concibo una
sociedad sin que valore y respete a uno de los pilares fundamentales del mundo
como es la mujer. Su pericia, don de gentes, comprensión, sensibilidad,
empatía, generosidad y entrega. Valores que ennoblecen el entorno donde ellas
despliegan sus alas.
Día internacional
de la mujer, buena fecha para recordar los valores fundamentales de estas
féminas que, sin ser superwoman, para mí lo son. La sabiduría que destilan para
conjugar profesionalidad y vida personal.
¡Va por vosotras,
mis heroínas!
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