Entiendo de futbol
como de gallinas embarazadas; nada es…nada. Sin embargo, gracias a uno de mis
hijos que lleva el futbol en la sangre: desde pequeño jugando en el equipo del
colegio y, por ejemplo, el día de su primera comunión, quería ir con el traje
de su equipo, el Atlético de Madrid…, pues me ha aficionado y los partidos
importantes así como cuando juega el Sevilla o el Valladolid, suelo estar
atenta aunque no sepa qué es un córner o el porqué de pitar algunas faltas.
Después de la noche
memorable de ayer, en casa estábamos todos de los nervios y, pasada la
borrachera del triunfo, me ha dado por rebobinar en esta afición atlética que,
a pesar de los pedruscos que siempre se ha encontrado por el camino, han
seguido al lado de su equipo confiando en él ¡Chapeau por ellos!
Pero lo que esta
mañana me ha gustado de veras ha sido ver un video en el que, al final del
partido, la afición catalana aplaudía de verdad al ganador… No sé, me ha dado
un subidón de estima por el ser humano que, a veces, es capaz de ser personas
íntegras… ¡Chapeau por esa afición azulgrana!
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