jueves, enero 14, 2010

ENERO

El mes de enero es, en estas latitudes, frío, áspero, inhóspito... llueve, es una lluvia ventosa y gélida y, sin embargo, tiene un perfil hermoso por su languidez y tristeza. Por su rabia azarada de impotencia ante el elemento, cae, cae hasta ahogar ríos y campos. Arrastra su furia con bata de cola. La persiguen coches, barro, escombros hasta que calma su ansiedad ante un cielo cenizo y una tierra que perdona su caudal amargo.
Hoy mientras la lluvia caía fiel y rigurosa miraba un charco que ayer era un plato feo y renegrido y hoy se había convertido en un estanque en medio del asfalto. El agua era clara dibujando las gotas al caer círculos concéntricos bailando unos con otros un vals en un día de un enero cualquiera.
Un par de palomas se acercaron a la orilla a beber, el estanque ficticio se transmutó en espejo. El agua cristalina en medio de tanto cemento eran un bello paisaje de esperanza..., o así lo sentí.

9 comentarios:

ALBINO dijo...

Yo no tengo mas cemento alrededor que el de mi propia casa, pero esta noche, pasadas las nieves, el viento turbulento arrancó mucha de las ramas de ls castaños y los robles del bosque que está enfrente y por cuyos senterios (aqui decimos corredoiras) suelo pasear. Sin embargo, dormí tan profundamente que no me enteré hasta que lo escuché por la radio.
Saldré ahora, que esta más calmado, a ver si me encuentro bebiendo alguna paloma.
Un beso

Lena yau dijo...

El agua cristalina, espejeante siempre es esperanza.
Y leer lo que escribes junto a esa melodía que has escogido, también.

Un abrazo, María de los Angeles

Jesús Arroyo dijo...

¿Qué dicen los árabes sobre el agua? ¡Eso! Vida, vida y vida. Ocurre que cuando no "cuidamos a la vida" se enfada y jode un poquito. Aprendamos de esos errores.

Francisco Méndez S. dijo...

Vendrán las lluvias suaves y el olor a tierra
Y el leve ruido del vuelo de las golondrinas

El canto nocturno de los sapos en los charcos
La trémula blancura del ciruelo silvestre

Los ruiseñores con sus plumas de fuego
Silbando sus caprichos en la alambrada

Y ninguno sabrá si hay guerra
Ni le importará el final, cuando termine

A nadie le importaría, ni al pájaro ni al árbol,
Si desapareciera la humanidad

Ni la primavera, al despertar al alba,
Se enteraría de que ya no estamos.

Buenos dias con Poesía dijo...

Me gustaría que escribieras algo sobre Haití, desde tu especial sensibilidad. Estas cosas me desconciertan.

TORO SALVAJE dijo...

Eso es porque sabes mirar.
A mí Enero me está resultando especialmente inhóspito.

Besos.

Juan Antonio ( Amaneceres mios) dijo...

Querida MªAngeles, este año la furia de tu bata de cola lluviosa ha barrido mi tierra andaluza,incluso ha traido la nieve a tierras insospechadas.incluso pensamos a los que vivimos del sol ardiente que ya nos esta sobrando un poquito de humedad.bendita tu pluma que convierte a los charcos en estanques que reflejan un entorno de belleza.Serias maravillosa de ministra de Fomento.

centro de llamadas dijo...

A mi enero me tiene muy triste pues me duele mucho lo que les esta pasando a nuestros hermanos de haiti pues aparte de que ya pasan muchas neccesidades ahora con todo esto del terremoto, tenemos que unirnos en un solo sentir a pedirle a Dios por ellos para que se levanten pronto y puedan salir adelante.

guillermo elt dijo...

Y sigue sintiendo como siente, y expresandonos esos sentimientos como los expresas.

Besicos.