¡Vaya leche que
me acabo de dar! Otro esquinazo del pasillo que me he comido. No entiendo el
porqué de ponerse chismes a mi paso, ¿no se dan cuenta de lo peligrosa que
resulto? El pasillo de la casa de mi madre está lleno de magulladuras mías; el
otro día arranqué una jamba en mi estrepitosa caída. ¿Y a mí qué me pasó? Nada,
un dedo de la mano negro, una rodilla morada y dolor en el tobillo.
Antes pensaba que
la culpa podría ser mía pues mi manía de andar a oscuras siempre me pasaba
factura. Hoy no. La culpa es de la minuta de la luz, estoy convencida sino,
leed la cabecera de cualquier periódico “La luz en máximos históricos”, y mi
cabeza que es premonitoria, comenzó a ahorrar en luz mucho tiempo atrás previendo
esta subida.
Bueno, no sé, el
caso es que hace un frío que apaga las pestañas. Estoy escribiendo con guantes
y el moquillo colgando y llevo unos días con la imaginación apaisada o apagada
como la luz para no gastar neuronas. Si es que hasta el humor lo tengo
congelado, estoy convencida que si me río se me congelan los dientes o las
muelas dependiendo el tamaño de la risa, así que estoy toda apretada en mi yo
pero ni por esas entro en calor. Una
flemática interior, aséptica, distante y abúlica, invade mis ríos de
tinta convirtiéndolos en carámbanos como el agua de ciertos ríos o fuentes;
temo que mueran mis letras por inanición calenturienta y salir en la prensa
como el caso del escritor muerto en un fresco y gélido amanecer. En la
habitación en la que estoy a las seis de la mañana marcaba 16 grados Fahrenheit;
toda la vida mi dormitorio fue llamado La Siberia, ¿lo entendéis, verdad? No es cosa de ahora sino de la eternidad.
Pa no gastar luz
llevo puesto una camiseta térmica, un pijama de franela, una chaqueta, una
bata, dos pares de calcetines, dos mantas y los guantes; es que no me puedo
mover, puñetas, más bien parezco el gordo de Michelin pero en colorines. Estoy
por ponerme un café para calentarme aunque sea un ojo pero para templar tengo
que poner microondas y entonces gasto luz… ¿Qué hago?
Al menos os desearé buen fin de semana, eso no gasta luz.
2 comentarios:
Te entiendo, nos tienen asustadicos los de las noticias con el precio de la luz. Ayer fui de compras a un centro comercial y ni te imaginas la cantidad de señoras que se habían llevado sus sillas y estaban haciendo calceta mientras los maridos, a su lado, jugaban la partidita de cartas. No sabes lo calentito que se estaba y ...gratis.
Besos
Estoy helada, cariño. Casi tan helada como el muñeco de nieve. Trae mantas. Gracias.
Besos de Reina
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