Acabo de terminar un curso acelerado de maquillaje
con prácticas incluidas; un desastre.
Lo comencé ilusionada pensando que lo mío tenía
fácil arreglo, ¡Qué va! Fue empeorando según fueron avanzando las prácticas
hasta la consumación terminal. La novia de Frankenstein a mi lado era mucho más
hermosa ¡Y mira que puse empeño!
Todo empezó por mi obsesión por comprarme el
Telva, revista que soy fiel desde mi primer curso de carrera universitaria. Me
aburría estudiar tanto la Geografía que llegué a quinto con todo aprobado menos
la Geografía, ¿qué pasó? Nada, no me quedó más remedio que ponerme a estudiar
montes, ríos y aledaños y mientras me entraban en la mollera, me distraía con
mi revista de cabecera y eso que no las tendría que ser fiel porque ¡anda que
no las he escrito veces! para ver si las podía mandar mi novela y si las
gustaba pues la recomendaran en su apartado de lecturas ¿Me habéis contestado
vosotros? No, pues ellas tampoco, pero aún así, las sigo siendo fiel. Debo de
ser de la última hornada como los últimos de Filipinas; fiel hasta el fin.
Pero a lo que iba…Vi un reportaje de mujeres
maduras aunque interesantes y me fascinó ¡Qué ojos, qué bocas, qué pieles! Y por
lo que contaban, fácil de conseguir. Yo que para torera no tengo precio, entré
al trapo con el primer muletazo, busqué, busqué hasta hallar un curso sencillo
y gratis. ¿Cuántas veces vi los videos? Muchas, muchísimas veces hasta que me
lo aprendí. Luego me fui a Mercadona y me compré los potingues necesarios; no
me cabían en el baño a riesgo de que mi Pepe se diera algo por despiste y se le
quedara la cara tiesa. Pero, en fin, estaba decidida a solucionar mi cara más descolgada
que un ascensor, así que mi empeño merecía un esfuerzo por dejar de estar
descolgada.
El día de mis prácticas, lo recuerdo muy bien,
había quedado para cenar con mi amiga Aurora. Solo pensar la cara que iba a
poner cuando me viera entrar en el restaurante con treinta y cinco años menos,
merecía cualquier esfuerzo.
¡Qué sudores, madre! Claro, al ser de letras y no
de ciencias, no tengo muy claro eso del orden de los factores no altera el
producto. Me hice un lio, un lio gordo, el caso que terminé casi cuando teníamos
que volver de cenar y mi amiga Aurora, para rematar la estocada, me dijo esa
noche que tenía mala cara ¡Pero si iba más pintada que Celia Gámez cuando era
joven! ¿Cómo me podía decir eso mi amiga? Pues me lo dijo y con cara de
preocupación. Me desmoroné pero al día siguiente había olvidado mi desmorone y
volví a la carga. Esta vez me dejé la cara como si me hubiera dado cemento
armado. Menos mal que esa tarde no tenía que salir de casa, solo me vio mi Pepe
que, por cierto, me dijo que estaba muy seria, como triste ¡A ver, si tenía la
cara aplastada de tanto potingue, no podía gesticular!
Resumiendo, un desastre. Pero no me amilano, yo
sigo haciendo pruebas. La verdad es que voy simplificando y como encuentre un
producto de un tres por uno me lo compro; ahí no me voy a equivocar seguro.
Todo junto, todo revuelto y ¡Hala con faldas y a la calle!
Os dejo, estoy encantada de contaros mis cosillas,
pero es que ha venido Peluche ¡Ya tiene que estar desesperado! A pedirme y
aprovechando que sabe que la costura no es lo mío, quiere que le cosa unas
zapatillas de deporte. Al principio he mirado el calendario no fuera a ser que
ya estuviéramos en el 28 de diciembre, pero al ver que no, le he prestado
atención mientras miraba los agujeros de las zapatillas. Le he dejado
expresarse, yo muy en papel de madre receptora y cuando ha acabado he
sentenciado “Hijo, tíralas” a lo que la criatura ha contestado lastimosa “Mami es que cuestan 200 leuros”
“200 leuros unas zapatillas y, ¿van y se rompen?
Trae hijo que te voy a hacer un apaño que cuando seas abuelo aún no has sacado
el pié de la zapatilla”
Buen fin de semana, amigos!!!
4 comentarios:
Dale los potingues a las zapatillas de tu hijo y tú quédate como estás, que se te ve muy guapa en las fotos.
Eso de los cursos de maquillaje es más difícil que sacar un "cum Laude" en la tesis doctoral, así que no te preocupes, sigue arreglando las zapatillas de tu peluche que eso te va a dejar el cutis como si el mismo Picasso te hubiera utilizado de lienzo.
Besos
Un día que tengas tiempo acércate a un grupo de cosmética naturista. El pepino, el azúcar y el albaricoque te fascinarán. Y mucho más las adeptas, sugestionadas por de sus bondades.
Y si no te convence tienes la ventaja de que siempre puedes prepararte un tentempié con lo que no utilices.
Jajaja, me fascinan y me hacen reír mucho estos relatos tuyos tan divertidos.
Eres genial.
Besos
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