jueves, noviembre 19, 2015

MUJER SOY


“En lo que se refiere a la naturaleza del individuo, la mujer es defectuosa y mal nacida Santo Tomás de Aquino, Suma Theologica
“Hay que quitarle el voto a las mujeres porque últimamente hacen lo que quieren y piensan por su cuenta” Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá
Entre ambas aseveraciones tan solo hay la friolera de aproximadamente VI S
Es más que probable que si de mi ayuda hubieran tenido que contar las mujeres para CREAR sus derechos, hoy en día serían desconocidos como tales.
Para crear como para defender, es requisito fundamental carecer de algo, necesitar de ese algo que por derecho te han privado como ser humano. Una vez que tienes conciencia de ello, has de ser otorgado de un espíritu reivindicativo, valiente, libre, luchador Carecer de temor ante las trabas que pondrán ante tu defensa. Desposeer del miedo que te paraliza ante una sociedad que te acorrala, critica y te defenestra por ser distinta, por alzar la voz hacia pensamientos y costumbres ancestrales.
Y las mujeres de hoy, en países occidentales,  nos hemos encontrado los deberes hechos; hay conquistas pendientes como igualar salarios al de los hombres, puestos ejecutivos al unísono, hacer desaparecer a esos hombres que matan a mujeres por celos, enajenación o vete tú a saber por qué…, cierto, pero las bases están asentadas. Insisto, en países occidentales, no así en otros, de costumbres y creencias milenarias en que la mujer sigue siendo, sin ser católicos, un ser defectuoso como dijo en su tiempo Santo Tomás.
Esta mañana me ha llamado poderosamente la atención leyendo en un artículo que en las investigaciones francesas por el terrorífico viernes 13, hayan caído en la cuenta que han de modificar sus parámetros de búsqueda de terroristas. El perfil hasta ahora era el de un varón; ahora han de incorporar el de las mujeres.
Muchas de nosotras somos mujeres beneficiadas. Hemos crecido en sociedades, núcleos familiares, en donde no hemos sentido la discriminación; yo ni siquiera en el trabajo. Por lo que nos hemos convertido en mujeres acomodaticias al no tener la necesidad de combatir por un derecho que lo hemos sentido desde nuestro nacimiento y no “Sub Júdice”
Tampoco nos sentimos feministas porque no sentimos “la necesidad de” manifestarnos, requerir una serie de derechos básicos. Y perdonad que hable en plural, tal vez debería hacerlo en singular, pero es que estoy convencida que como yo hay muchas mujeres, agazapadas en sus convencimientos y que no osan a manifestar su pensamiento; si me equivoco, desde aquí, pido disculpas. Esto no quiere decir que no admire a esa miles de mujeres que salen cada día a gritar y proclamar injusticias sobre su ser como mujer que es. Su entusiasmo, su sed de justicia, es loable, en definitiva, me admira su valentía aunque su insatisfacción me inquiete a veces, aunque sea consciente que gracias a mujeres como ellas, el resto de las féminas somos mujeres respetadas, porque así me siento.
No obstante, no deja de tener bemoles que en pleno S XXI, un sacerdote ascendido a obispo se descuelgue con ciertas aseveraciones que hacen flaco favor a la iglesia católica y así mismo. Honestamente, me ha dado la risa al leerlo, he sentido que era un mal chiste. Aunque por malo que sea hay que recriminarlo en voz alta y si es necesario con letras gordas, al menos es lo que yo estoy intentando, para que cretinos como este hombre se callen. No obstante es obligación de quienes escriben denunciar, generar debate y opinión.

No soy feminista al uso, pero me siento mujer.


http://www.denunciasmx.com/2015/11/hay-que-quitarle-el-voto-las-mujeres.html

4 comentarios:

SALETA dijo...

El otro día charlaba con amigos y amigas de este tema. Iba yo, más o menos, por donde tú, pensando que nos manifestábamos (volvíamos de una mani contra la violencia machista) por solidaridad, ya que nuestras personales circunstancias no encajaban en el perfil susceptible de reivindicar prácticamente nada en ese sentido. Las mujeres presentes eran profesionales reconocidas e igual pagadas que los hombres de su mismo nivel, sus maridos eran civilizados, cariñosos, etc.; y así todos los registros que evaluábamos...

Pero una de las mujeres dijo que ella no estaba allí por solidaridad únicamente... Que aún vivía, en lo cotidiano, muestras humillantes y vejatorias.

Puso de ejemplo, cómo se dirigen algunos conductores masculinos a las desconocidas al volante o a pie cuando tienen alguna fricción con ellas. Ahí sí que no media dinero, ni profesionalidad, ni roles familiares... El resto de amigas, asintieron. También habían tenido experiencias parecidas.

Un beso, amiga.
Codorníu.

TORO SALVAJE dijo...

Pero este tarado que narices está diciendo?
Deberían internarlo en un manicomio y si persiste en seguir diciendo barbaridades que lo disequen y lo expongan en el museo de los monstruos.
Por favor.

Besos.

El collar de Hampstead dijo...

Estoy de acuerdo con lo que has dicho.

Y sobre este tipo...una vez más alucino...con ese tipo de mente tan obtusa y lamentable...

Buen fin de semana y besos.

Antonio dijo...

Es interesante lo que planteas. No es cuestión de ser feminista o no, sino de defender la libertad de ubicarse allá donde uno considere oportuno. El valor del feminismo y de todas las personas que han luchado por algún derecho, es crear la posibilidad de disfrutar de ese derecho bajo la voluntad personal de cada cual, de ofrecer la libertad para que tú decidas en igualdad de derecho con los demás.
Si la mujer quiere trabajar que lo haga en igualdad de condiciones y salario que el hombre, pero si quiere quedarse en casa cuidando a sus hijos y lo hace de forma voluntaria, sin imposiciones, estará en su derecho, al igual que lo estaría el hombre que deseara y pudiera asumir esa situación.
La cuestión estriba, bajo mi punto de vista, en la necesidad de neutralizar los planteamientos anacrónicos de colectivos sociales, religiosos y políticos, que ostentan una altas dosis de poder e influencia en determinados colectivos y que, además, se consideran con el derecho a imponer sus valores, incluso, segando el derecho sagrado a la libertad de la mujer y de los seres humanos en general.
Un saludo