sábado, octubre 03, 2015

EL PERRO DE MI VECINA

Se murió el chucho, de ladrido descompasado y mirada ausente.

Era viejo este perro que no tenía padre ni madre.
De mil razas y de ninguna. Por sus venas volaban genes de colores haciendo de él… un can sin igual.
Negro zaino, ojos de noche, sus patas eran cuatro torres crecidas a un cielo sin luna.

Fiel compañero de ausencias y tristezas, de alegrías y esperanzas, siempre en su puesto. Su nobleza…, hasta el último aliento.

La niña llora, el perrillo no está…
Era su guardián, era su juguete, pero la edad no perdona y en polvo se convirtió.

Ya no hay golpes en mi puerta que estremezcan a las sombras de una noche oscura…, ya no hay chucho que pasear.

Hoy el silencio duele, no se quiebra con su gruñido.
Siento su ausencia, aún huelo su aliento…, creo que en otra vida fui chucho como él.

Te añoro, Perrillo, de ladrido acompasado y triste mirar.

3 comentarios:

SALETA dijo...

Plotino era un místico bien encaminado. Afirmaba ver a Dios en la mirada húmeda de los perros. Yo creo que la luz que anima la existencia de los animales y la mía es única. Conmueve percibir la vida en todo por doquier. En los últimos tiempos me siento reacio a alimentarme de animales.

Madre mía, adonde he venido a parar tirando del hilo de tu perro.

Buen finde, amiga.

MarianGardi dijo...

Se aman mucho a las mascotas y si son del vecino luego se les echa de menos.
Un abrazo amiga

TORO SALVAJE dijo...

Que pena....

No lo conocía pero es igual.... son mejores que nosotros.

Besos.