¿Qué es la
ternura me pregunto en este amanecer tardío de rojos tímidos que confunden el adiós
a la luz con los buenos días a la vida? Tal vez se me esté reblandeciendo la
sesera, o los años acumulados hagan que sientas bajo otros prismas inesperados,
o que la sensibilidad se me escape por los poros sin yo darme cuenta, sin
apenas poderla controlar.
¡Quién sabe!, tal
vez comience a chochear entre tanto anciano con el que me toca bregar unos
cuantos días al mes. El caso es que ayer me vi distinta, tan distinta que la
emoción se acumulaba en los ojos sin poderla reprimir. Una sensación de niña
chica descubriendo un mundo insospechado en el milagro de la vida. Sí, me topé
con una madre recién estrenada, de manos inexpertas pero seguras hacia donde iban, dando el pecho a su hija de
apenas veinte días mientras la criatura, al abrigo del cuerpo en el que creció,
mecía sus sueños. Fue una escena increíble que hacía alejar de mí cualquier
nubarrón que pudiera alterar mis sentimientos. Muy por el contrario, los
tentaba a explayarse en un mar de sosiego donde la balanza se inclina al perdón
y al dar gracias por ese milagro de vida.
Apenas pude coger
a la criatura en mis brazos, toda yo temblaba, prefería que otros la refugiaran
en sus manos mientras mis ojos pedaleaban en escenas sencillas y naturales, y mi corazón trotara entre los sentimientos
que ese ser me provoca cada vez que le miro.
¿Qué es la
ternura me pregunto mientras mi memoria
se llena de Ana?
1 comentario:
La ternura es también leer lo que has escrito con tus latidos.
Eres un trozo de azúcar que camina.
Besos.
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