viernes, octubre 16, 2015

ANA

¿Qué es la ternura me pregunto en este amanecer tardío de rojos tímidos que confunden el adiós a la luz con los buenos días a la vida? Tal vez se me esté reblandeciendo la sesera, o los años acumulados hagan que sientas bajo otros prismas inesperados, o que la sensibilidad se me escape por los poros sin yo darme cuenta, sin apenas poderla controlar.
¡Quién sabe!, tal vez comience a chochear entre tanto anciano con el que me toca bregar unos cuantos días al mes. El caso es que ayer me vi distinta, tan distinta que la emoción se acumulaba en los ojos sin poderla reprimir. Una sensación de niña chica descubriendo un mundo insospechado en el milagro de la vida. Sí, me topé con una madre recién estrenada, de manos inexpertas pero seguras  hacia donde iban, dando el pecho a su hija de apenas veinte días mientras la criatura, al abrigo del cuerpo en el que creció, mecía sus sueños. Fue una escena increíble que hacía alejar de mí cualquier nubarrón que pudiera alterar mis sentimientos. Muy por el contrario, los tentaba a explayarse en un mar de sosiego donde la balanza se inclina al perdón y al dar gracias por ese milagro de vida.
Apenas pude coger a la criatura en mis brazos, toda yo temblaba, prefería que otros la refugiaran en sus manos mientras mis ojos pedaleaban en escenas sencillas y naturales,  y mi corazón trotara entre los sentimientos que ese ser me provoca cada vez que le miro.

¿Qué es la ternura me pregunto mientras  mi memoria se llena de Ana?

1 comentario:

TORO SALVAJE dijo...

La ternura es también leer lo que has escrito con tus latidos.
Eres un trozo de azúcar que camina.

Besos.