martes, diciembre 09, 2014

TRES

Uno…Hace frío, es hielo todo lo que te rodea, te sientes tan perdido que cierras los ojos, tal vez sea un mal sueño, una pesadilla. Sin embargo cuando los vuelves a abrir sigue rodeándote la nada más absoluta, te asfixias, te ahogas pero ahí te quedas al borde de un precipicio pendiente de un hilo invisible; presientes, palpas. El vacío que siempre existirá.
Dos…Lágrimas furtivas persiguen su camino. A veces se traban, se pierden, se ciegan en su peregrinar; tristeza y soledad aúnan su pena. Te levantas, te enderezas y continúas el calvario. Incluso a veces se desdibuja su imagen, su sonrisa,  y temes que el tiempo borre su huella. Entonces plantas una semilla con su ayer mientras tus lágrimas riegan la semilla del recuerdo… Respiras hondo y sigues caminando.
Tres…Es una tarde colgada del invierno; son las cinco cuando algo me empuja a asomarme a la ventana. Un sol extraño, hermoso y dorado me envuelve, me acuna con su luz y… siento paz, mucha paz.. Miro al calendario, marca ocho de diciembre y una lágrima se me escapa del corazón. Mañana será nueve de diciembre. Entonces ese sol que me mira en silencio, con ternura, me abraza y se va.

A nuestro ángel  le crecieron hace tres años sus alas; hoy ya brilla como una estrella.

1 comentario:

Nómada planetario dijo...

Esta tarde sentí un abrazo similar al que describes, pero fue en sueños. Tal vez la mejor forma de sentir.
Besos mientras la borrasca barre el día.