martes, febrero 25, 2014

CUANDO LA LUZ SE APAGA

… Y la oscuridad la invade. Cuando el pánico acecha y el miedo irrumpe en su cuerpo, entorna los ojos para esconder sus secretos bajo los párpados. Entonces, la mente rebusca sus mecanismos de defensa hasta encontrar el paraíso donde restaurar los daños colaterales de ese temor, de ese horror que la deja sin respuesta a la vida…
Entre cirios y volantes, salmorejo, gambas y jamón, bajo un cielo pintado de azul, el sol cubre su cuerpo dulcemente. No quema, sólo acaricia y, mientras este sol tuesta al ánimo, el murmullo del mar, el aroma a sal y algas, van templando las lágrimas que se han escapado del desasosiego y de la fobia.
Poco a poco, lentamente, va regresando a la vida. Está desfallecida, pero una tenue y liviana sonrisa se escapa de su boca; lo malo ya ha pasado y ha vuelto a vencer.

Se incorpora, se lava la cara y sale al mundo vestida del resplandor de la luz en la marisma invernal.

1 comentario:

Maria Coca dijo...

Las tinieblas esconden todo aquello que nos atemoriza. El miedo se desnuda en la noche.

Un abrazo grande, amiga.