Hay mujeres
exigentes, mujeres difíciles y mujeres fáciles; yo soy de estas últimas. Sin
embargo depende cómo me traten, puedo llegar a ser insufrible.
Tal vez sea
deformación profesional y en los veinte años que he trabajado en banca, más los
que anduve a gatas trabajando con mis padres, me enseñaron cuatro actitudes
básicas: humildad, simpatía, profesionalidad y afán de servicio a los demás. En
el momento que te pones a trabajar, cualquier profesión, hasta la más simple,
tiene su aquel; es decir, debes aprender desde abajo. Unas profesiones serán
más difíciles que otras, en unas se requerirán unas cualidades específicas y en
otras, cualidades distintas, pero en todas ellas, se requerirá un compromiso.
También es cierto
que en los tiempos que corren, muy pocos tienen la suerte de dedicarse a lo que
les gusta y, si tienen la suerte de encontrar un trabajo, lo más probable es
que se vean abocados a ejercer en algo que sus actitudes no están preparadas.
Pero eso no quita que tu obligación es comprometerte con ese trabajo y entregarte
a él para hacerlo lo mejor posible.
Hay muchas empresas
que no ayudan porque, buscando un ahorro de costes, por ejemplo, instalan sus
call-center en países sudamericanos y, además de no formarles, no les educan,
así te pueden llamar a la hora de la cena, en el fin de semana o en la hora de
la siesta. Y, no sólo eso, es que te llaman y no les entiendes lo que dicen y
para colmo no tienen idea del servicio que están prestando… Cuando esto me
sucede, me pongo como una fiera y pienso en los seis millones de parados que
pululan por España.
Puede darse el caso,
que el afortunado/a que encuentre trabajo sea español, pero… ni tenga actitudes
y ni siquiera se esfuerce; entonces llegados a este punto, pierdo los papeles.
Viernes 4 de
octubre, una treinta de la tarde entro en el Corte Inglés a comprar una crema
con color… Fácil, sencillo, ¿no? Me dirijo a tres señoritas que están imbuidas
en una charla, por lo tanto, mi persona para ellas se hace invisible. Cansada
de esperar, tomo la iniciativa y una de ellas que, por cierto, tenía un plumero
en la mano, se digna a mirarme… Mal, me mira fatal, pero yo me hago “la sueca”
y la cuento lo que deseo, y ella con el plumero me indica un estante, eso sí,
sin dirigirme la palabra. Yo cojo lo que me indica el plumero y pregunto a
dicho plumero qué diferencia hay entre una crema y otra; yo creo que fue el
mismo plumero que me contestó secamente”la diferencia está en la composición”…
Voy yo y me pongo las dos cremas en una de mis manos y cuando estaba manchada,
muy manchada de crema pido al plumero que me dé una toallita para limpiarme; me
da la toallita sin mirarme, pero yo mirando al plumero con ojos asesinos.
Después, tiro la toallita al suelo y me largo; el plumero ni se inmutó.
Desencantada por el
trato recibido, buscaba la vía de escape más rápida para irme a casa cuando una
voz cantarina me ataca “Señora, disculpe, ¿conoce las nuevas promociones de
esta casa?” Me vuelvo, la miro y me encuentro con una amplia sonrisa metida en
el cuerpo de una chica joven, gordita, muy gordita y con una simpatía que
envolvía a todo vicho viviente que se acercara por allí… Conclusión: me vendió
lo que quiso, me gasté más dinero del que yo había proyectado y para colmo, me
fui tan contenta a casa.
Moraleja: ¿cuándo
van a aprender las empresas que el mejor capital invertido son sus
trabajadores, que la mayor riqueza que poseen es un trabajador formado y
motivado? Ahí tenemos Zara, Mercadona, por ejemplo, y en el otro extremo
tenemos al Corte Inglés (que te dan ganas de darles un corte y mandarlos a
tomar vientos), o Movistar, que te llaman sin mirar la diferencia horaria y no
les entiendes nada… Mientras seguimos con seis millones de parados y excelentes
profesionales viendo cómo se marchitan sus CV.
¡Buen domingo,
amigos!
2 comentarios:
Tienes toda la razón. Hace tiempo que le dije adiós a la operadora Molestar. No tienen la menor gana de atender al cliente.
Yo añado al ranking de personal antipático el de Media Mark. Cuando les dices que no encuentras un producto, entre el desorden que tienen, te responden que si no lo ves es que no ésta.
No se puede ser más borde con la atención al público.
Besos tras un domingo ajetreado.
Si señora!!!
Justo lo mismo pienso yo.
Que bien lo has dicho.
Besos.
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