La vida en el campo se rige por otros códigos. En él la luz, la tierra, los árboles y las plantas tienen su reloj personal. Si tienes a bien tiempo, paciencia y sensibilidad, puedes penetrar en su intimidad; todo él es agradecido, abierto a que le escuche. Escribe sobre su propia naturaleza, el aroma de su tinta es tan dulce y cadencioso como tú te propongas leerlo…
Hace meses hice una colección de relojes que vendían en un periódico. La verdad es que son a cual más bonito, sin embargo el otro día me di cuenta que aquí, en el campo, no necesito ninguno de ellos, no hacen falta. Es tan sencillo como ponerse a observar la luz sobre la tierra y los árboles para intuir la hora que es.
Sobre las seis y media de la mañana se cuela por la ventana del baño una luz adormecida, envuelta aún en los velos de la noche. Hacia las ocho, el dormitorio de mi madre se vuelve mágico, lleno de estrellas fulgurantes colgadas en las rendijas de la persiana.
A eso de las nueve menos cuarto, el césped se viste de verde resplandeciente. Sin embargo, la luz que entra por la ventana de mi habitación sigue sosegada, benigna y amable, como indicándome que la almohada aún puede guardar algún sueño más.
A eso de las doce, uno de los ventanales del salón se enciende chispeando sobre los muebles. Hacia las cuatro de la tarde, otro ventanal de dicha estancia comienza a arder; es el momento de bajar la persiana.
Hacia las seis, la terraza de la cocina se va pagando muy suavemente y, hacia las ocho, veo por el último ventanal del salón que los setos hacen de colador de unos rayos juguetones que van corriendo al “Pillo pillo”.
La última hora del día es majestuosa porque mientras el jardín se apaga, el cielo se proclama anaranjado y un último rayo se posa en la copa de mi árbol preferido-ese que es esmirriado, cimbreante en su cuerpo y florido en septiembre.
¿Comprendéis ahora que no necesite ningún reloj?
3 comentarios:
Me gusta tu reloj .... es el mismo que yo utilizo en los días de fiesta y cuando estoy de vacaciones.
Un abrazo.
Reloj - Los Panchos.
Hoy cumplo 43 y sólo mi reloj-despertador-linterna los conoce, pues tiene años también.
Tienes el mejor reloj del mundo.
Cada minuto es magia pura.
Besos.
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