Esta tarde ha llovido; ahora el día se ha tapado con la noche y vuelve a llover. Me gusta el agua de verano, es fresca, vital, rabiosa y enciende los colores. El campo es más amarillo, los girasoles deslumbran, y el verde te impresiona en todo su esplendor. Mi jardín, que viste de flor roja, brilla bajo las gotas de lluvia.
Si el cielo es inmenso cuando nace la mañana de azul, bajo la tormenta de verano te achica como ser humano por ser inmenso. Primero se reduce al color de la antracita para terminar siendo polvo de hollín. Si en el asfalto la lluvia se convierte en difuminada humareda, en el campo alumbra el aroma de la tierra llenando cada uno de tus sentidos.
… Me he sentado en la escalera de entrada a la casa; el perro ha hecho lo mismo y las gotas de lluvia, jugando con el aire suave y oloroso, nos ha salpicado a ambos. He sentido como la paz recorría todo mi ánimo y he dado gracias a mi Dios por dejarme saborear esta lluvia de verano.
Luego, me he metido en la cama y he visto por la ventana los relámpagos vistiendo esta noche de verano… He cerrado los ojos y apagado por hoy el teclado de mi vida.
2 comentarios:
Me gusta la lluvia,
siempre me ha gustado.
Pero, sobre todo,
me gusta la lluvia de verano,
el olor a hierba fresca,
a tierra mojada,
.....
el mundo con la carita lavada.
Un abrazo muy fuerte.
Visto desde la seguridad del hogar la lluvia de verano es una bendición. Otra cosa es que te pille bajando en bici desde Bustarviejo a La Cabrera una tormenta con gran aparato eléctrico. Aquella vez me preocupé bastante.
Besos tras tu tormenta, por aquí la sequía hiere a cuchillo.
Publicar un comentario