miércoles, enero 17, 2018

UNA VISITA INESPERADA

Una luz dorada se cuela por mi ventana. Las hojas de una planta marchita se iluminan ante tanta vida improvisada.

Una chimenea humea los vahos del frío mientras los tejados se convierten en ríos de plata.

¡Tantos días sin sol! Que nuestras vidas han estado a punto de agonizar entre tanto gris de cenizas. 

Pero hoy, un rayo de sol se ha colado por mi ventana, ha iluminado mis ojos ciegos, me ha vestido de dorados varios.

Mi cuerpo, apenas sin fuerzas por el frío gélido que convirtió mis dedos en escarcha y mi mente en nieve, se ha ido a sentar con sus virus desfasados y sus toses apocalípticas, al lado de una ventana a calentar sus mieses heladas con el crudo invierno.

Hoy es un día de fiesta, ha venido el sol de visita.

2 comentarios:

Macondo dijo...

Lo tenemos con tanta frecuencia que no sabemos apreciarlo hasta que nos falta unos días. Somos unos privilegiados.

Marigem dijo...

Es que cuando el sol se deja caer después de unos días de ausencia nos llena de vida.
Besos.