domingo, octubre 22, 2017

UN PASEO POR LAS NUBES

Ayer hacia una tarde desapacible, deliciosamente otoñal y mi madre y yo decidimos salir a dar un paseo especial. Ella apenas ve, se va resignando malamente y somos los otros quienes ponemos color a su vida ciega…
-Mamá voy a abrir la ventana y nos vamos a sentar frente a ella. Te pongo el chaquetón para que no tengas frío. ¿Quieres que te abra el paraguas?
- ¡Chica, estás chiflada! Qué pena me da tu marido… ¿Cómo está el cielo?
-Un trocito muy refunfuñón, como tú, y el otro gris perla. Y tu árbol, mamá, se está quedando calvo, aunque aún tiene mucho pelo, pero está precioso, rojo y amarillo como tu banderita.
- ¿Calvo? Anda que no dices bobadas… ¡Uy, me estoy mojando!
-Te dije que abrieras el paraguas. El viento zarandea las gotas… ¡Hala!
- ¿Qué ha pasado?
-A tomar por culo una rama de tu árbol, mamá.
-Chica, habla bien, qué vocabulario tienes… ¿Hay mucha gente en Mercadona?
- ¿Eh? Mamá, Mercadona está detrás de este edificio o, ¿quieres que traspase las paredes?
-Deja de hablar y mira, ¿no dice tu marido que tienes mucha imaginación? Demuéstralo…
-Sí, sí ya lo veo… Mira, mamá, está Pura comprando, ¡uy qué lechuga más desaborida!… Mercadona está abarrotado, mami, abarrotaaao, qué ambientazo tenéis en el barrio.
-Qué compra Pura? Ah, mira a ver si está la estirada del segundo, la que no saluda a nadie. Si está dime cómo va vestida.
-Sí, sí, la estirada está, está saludando a unas cajas de leche y va vestida con un traje de lentejuelas y Pura está comprando tomates, a 15.000 pesetas…
- ¡Cómo va a ir la estirada a la compra con un traje de lentejuelas! No digas sandeces y un kilo tomates no puede costar esa barbaridad, hija.
-No se me da pasar pesetas a euros, yo qué sé y tú todo lo quieres en pesetas. Y de la estirada, no entiendo de telas, mami, quizá sea raso, brilla mucho y es morado. Mira ya se va, ahora saluda a la farola de la esquina.
- ¿Vestida de nazareno? Imposible, eres daltónica. Anda cierra la ventana y enciende Radio María.
-Espera un poco, mujer, es más divertido esto… ¡Anda, mami, Mari Carmen y Carmina! Están debajo de la ventana.
- ¿Sí? Salúdalas, dilas que suban… Belinda, pero si esas dos están muertas.
- ¡Qué va, mamá! Su espíritu se quedó. Ahora traspasan paredes como yo.
- ¡Qué pena! Tan joven y tan cencerro. Anda cierra la ventana, quítame el abrigo y pliega el paraguas… Si nos llega a ver alguien, qué pensaría de nosotras.
-Mami, tú y yo ya no tenemos edad para estar pendientes de lo que piensen de nosotras.
-Dame un buñuelo y calla un rato, anda, sabelotodo.
- ¿Otro? Te has comido ya cinco.
-De algo hay que morirse… Mañana si hace así damos otro paseo.
-Mami mañana me voy a Madrid.
-¿Y me dejas otra vez sola?
-Están los tíos, mami, está Conchi que te pasea.
-Ya pero no son tú.
… Se la han llevado a cenar. Sus ojos sin ver me han buscado, no ha visto una lágrima furtiva; mejor. Mi ánimo se ha vestido de tristeza y ternura, a partes iguales, y me he ido a pasear para que el viento peinara la pena.

7 comentarios:

Ambar dijo...

¡ Que placer tener tiempo volver a leer tus entradas ¡
Besos

Codorníu dijo...

Sé bien lo que es aprovechar el paseo matinal para comprar cuatro cosas a las once y volver en media hora. Y al volver, saber que te estás despidiendo del mundo hasta la hora de tirar la basura, otra media hora a las nueve. Durante varios años, esos son todos mis viajes al Machu Pichu, a Cancún o a Berlín.

No volveré a hablar de esto en abierto; porque parece que mi vida es un drama, y yo estoy a punto de pegarme un tiro.

Nada más lejos, mi vida nunca ha estado más en calma. Este periodo ha llegado cuando mi consciencia estaba un poquito más presente y atenta, y era capaz de de encajar lo que sucede y adaptarse a lo que toca admirablemente.

Tristeza y ternura... ¡Cómo te entiendo!

Un beso (ya me tomé el café, jaja)

Macondo dijo...

Ya sé de dónde has sacado tu sentido del humor. Tu madre es una cachonda.

Reina Letizia dijo...

Lo bonito de la vida está en las cosas sencillas, hasta cuando la vida se pone dura.

Besos de Reina

Beatriz Martín dijo...

uuufff entrañable de vedad que si logras conmover, pero haces feliz a tu madre es lo que importa, me haces sentir como en casa precioso relato , un beso desde mi brillo del mar

Marigem dijo...

¡Qué precioso! Es muy duro dejarlos cuando se vuelven mayores y parecen indefensos. Me ha encantado, has captado mi atención desde la primera frase, y Carmina y Mari Carmen también, porque an sabido quedarse después de la muerte.
Besos.

Mª Jesús Muñoz dijo...

Me encanta esa vivencia compartida entre madre e hija a través de la imaginación y la palabra...Logras ir más allá de la realidad y volar juntas a través del sentimiento...
Mi felicitación y mi abrazo, amiga.