El viento se ha despertado silbando, agitando telarañas de los
setos y bailando con las copas de los árboles.
El cielo se ve arrastrado por ese aire que lleva consigo nubes
tortuosas, hilachos de algodón y los requiebros del amanecer.
Parece que quisiera contarnos que ya es septiembre y hoy es uno de
esos días descolorido mientras las maletas de un chiquillo son arrastradas por
el jardín camino de su destino.
El alborozo se torna pausado igual que las flores que trepan
lentamente a su final.
Todo comienza a mutar y el verano que es azul y lavanda, verde en
sus bordes y turquesa en el fondo, va desfilando silente en busca de su retiro.
La casa queda muda y sorda, solo las huellas de un perro buscando
a ese muchacho de las maletas rompen la monotonía del vacío y yo, al otro lado
del jardín, me disipo en los recuerdos de un estío tan intenso en sensaciones
como colorido en su trastienda.
A partir de ahora serán los sepias quienes acolchen
mis nuevas sensaciones, quienes amortigüen la nostalgia de la luz y del color,
de las risas fundidas en bronce y de un eterno amor que, por callado, solo se
abriga en mi corazón.
El verano va lentamente difuminándose para
desteñirse en un dulce recuerdo.
6 comentarios:
Muy bonito tu sentir. Bello.
Saludos
Luego venimos los que no sabemos escribir y no se nos ocurre otra cosa que "parace que es está terminando el verano".
Siiii, ya llega el momento de los sepia, y de los ocres y los marrones, pero tiene mucho encanto.
Un texto precioso.
Besos.
Que bien has retratado ese mundo de sensaciones que preceden al final del verano.
Como siempre un placer volver a tu rincón después de los meses de estío y leerte.
Miles de besos.
Agarra el verano y que no se vaya. Es lo que estoy haciendo yo (aguanto los primeros fríos en bikini).
Besos de Reina
La verdad es que el verano se difumina en forma de sentimiento, es como algo que se va perdiendo. Me ha encantado Mª Ángeles. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
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