Mi arbolillo se despluma cayendo sus sueños en el agua de la
fuente. Parecen mariposas rosas flotando en un océano limitado.
Ayer hubo tormenta y su cuerpecillo, de tronco alargado y
anoréxico, se cimbreó revelándose contra la madre naturaleza. Le miraba tras los
cristales ahumados de basura y sabía que, aunque esquelético su fortaleza está
bajo la tierra a pesar de sus escasas ramas; él es fiel a mis ojos.
Pero este año, de soles hechiceros abrasando con su canícula las flores de mi jardín, ha querido florecer antes de la
llegada del otoño.
Hace dos semanas despertó rosa, creí que la imaginación jugaba con mis ojos, pero no. Abrí la puerta, bajé las escaleras y allí estaba mi arbolillo famélico y escuálido con su cabecilla coronada de requiebros tan rosas como sonrosados sus sueños de verano.
Acaricié su tronco sintiendo la
ternura entre mis dedos porque nadie se fija en él, hasta el jardinero quiso
cortar su larga y estrecha vida en un jardín de árboles pomposos, de cipreses
acunando sus techos en el cielo y fogosas madreselvas.
Mi pobre arbolillo se libró por los pelos, y
ahí sigue en el medio de la Lola para que nadie le mire, solo yo y el perro que
mea sus bajos fondos. Me da igual, yo veo su belleza clandestina, el valor de
su coraje para sobrevivir en una tierra adversa, y cada año regalarme un manojo
de florecillas tan escuchimizadas como él mismo, tan inocentes y sencillas que
chirrían en un mundo sin escrúpulos.
6 comentarios:
Es tu pluma la que palabra a palabra llena la copa de ese árbol. Gracias por la foto, mi niña.
Ayyyy es que esos arbolillos en los que nadie repara suelen ser los mejores y sus flores las más hermosas. Bueno, y el pis del perro algo ayuda, jejeje.
Besos y como siempre un texto precioso.
La belleza no tiene color ni tamaño. Tus ojos la ven en cualquier detalle que para otros pasa desapercibido. Eres afortunada.
El relato precioso, como siempre.
Abrazos
Yo también me fijé hace años en un árbol poco llamativo y le escribí un cuento: http://bitacorademacondo.blogspot.com.es/2012/04/el-alamo-negro-cuento.html
Yo también me fijé hace años en un árbol poco llamativo y le escribí un cuento: El Álamo Negro
Tuve un árbolillo, una acacia que parecía sobrevivir año con año. De repente se iba a un lado y le ponía bastones para enderezarlo después de alguna tormenta, pero cada vez le fue mas difícil sobrevivir a los veranos tan calientes como se dan aquí, hasta que el año pasado ya no dio mas, el calor termino de secarlo. Espero que la heroicidad del tuyo siga floreciendo.
Un saludo grande grande...
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