Comienza un nuevo día, ahí estamos tú y yo
secándonos las lágrimas, besándonos la tristeza. Me acaricias, te acaricio, me
besas, te beso y, aunque un escalofrío recorre mi alma, me tiendes tu mano y
juntos reanudamos la marcha entrecortada de pasos tartamudos.
Tiemblas a pesar de que el día comienza y paramos a
recobrar el aire robado. Me miras, te miro y me engancho a tus ojos que
despliegan sus alas para alzar nuestro vuelo.
Comienza un nuevo día con el dolor cosido al
silencio, pero con la luz barruntando nuevas esperanzas.
De latigazos se hizo la piel del corazón y con sus cicatrices
resolvió seguir latiendo; no era aún su hora de apagar el latido que sustenta
su camino.
“¿No ves?” Me dices mientras señalas más palomas
planeando sobre la luz que amanece, y allí dirigimos nuestro vuelo hasta
juntarnos con gaviotas y vencejos, gorriones y búhos… Juntos zurcimos nuestras
penas mientras una suave lluvia de lágrimas infinitas rocía la esperanza que
nace en nuestras almas clamorosas.
Comienza un nuevo día mientras me rocías con una
sonrisa tan tibia como dulce y yo me pego a tu boca para que nunca me falte tu
calor.
3 comentarios:
Preciosa prosa poética, made in Cantalapiedra.
Comparto opinión con Macondo aunque tengo menos gracia, preciosa prosa poética.
Besos y feliz finde.
La superación y la esperanza son buenos temas para este relato tan bien hilado. ¡Enhorabuena! Y abrazos
Publicar un comentario