viernes, enero 20, 2017

YO, LA OSCURIDAD Y EL FRÍO

¡Vaya leche que me acabo de dar! Otro esquinazo del pasillo que me he comido. No entiendo el porqué de ponerse chismes a mi paso, ¿no se dan cuenta de lo peligrosa que resulto? El pasillo de la casa de mi madre está lleno de magulladuras mías; el otro día arranqué una jamba en mi estrepitosa caída. ¿Y a mí qué me pasó? Nada, un dedo de la mano negro, una rodilla morada y dolor en el tobillo.
Antes pensaba que la culpa podría ser mía pues mi manía de andar a oscuras siempre me pasaba factura. Hoy no. La culpa es de la minuta de la luz, estoy convencida sino, leed la cabecera de cualquier periódico “La luz en máximos históricos”, y mi cabeza que es premonitoria, comenzó a ahorrar en luz mucho tiempo atrás previendo esta subida.
Bueno, no sé, el caso es que hace un frío que apaga las pestañas. Estoy escribiendo con guantes y el moquillo colgando y llevo unos días con la imaginación apaisada o apagada como la luz para no gastar neuronas. Si es que hasta el humor lo tengo congelado, estoy convencida que si me río se me congelan los dientes o las muelas dependiendo el tamaño de la risa, así que estoy toda apretada en mi yo pero ni por esas entro en calor. Una  flemática interior, aséptica, distante y abúlica, invade mis ríos de tinta convirtiéndolos en carámbanos como el agua de ciertos ríos o fuentes; temo que mueran mis letras por inanición calenturienta y salir en la prensa como el caso del escritor muerto en un fresco y gélido amanecer. En la habitación en la que estoy a las seis de la mañana marcaba 16 grados Fahrenheit; toda la vida mi dormitorio fue llamado La Siberia, ¿lo entendéis, verdad?  No es cosa de ahora sino de la eternidad.

Pa no gastar luz llevo puesto una camiseta térmica, un pijama de franela, una chaqueta, una bata, dos pares de calcetines, dos mantas y los guantes; es que no me puedo mover, puñetas, más bien parezco el gordo de Michelin pero en colorines. Estoy por ponerme un café para calentarme aunque sea un ojo pero para templar tengo que poner microondas y entonces gasto luz… ¿Qué hago?
Al menos os desearé buen fin de semana, eso no gasta luz.

2 comentarios:

Ambar dijo...

Te entiendo, nos tienen asustadicos los de las noticias con el precio de la luz. Ayer fui de compras a un centro comercial y ni te imaginas la cantidad de señoras que se habían llevado sus sillas y estaban haciendo calceta mientras los maridos, a su lado, jugaban la partidita de cartas. No sabes lo calentito que se estaba y ...gratis.
Besos

Reina Letizia dijo...

Estoy helada, cariño. Casi tan helada como el muñeco de nieve. Trae mantas. Gracias.


Besos de Reina