sábado, enero 28, 2017

¡MALDITO WIFI!

He estado a puntito, eh, a puntito de enloquecer pero gracias a mi inmensa pesadez que es mucha, la situación está en standby. Todo hay que decirlo, mi Pepe ha echado un cable para que la situación no se nos fuera de las manos. A cada uno hay que darle lo suyo y mi Pepe acumula méritos por doquier, por ejemplo tragándose el rosario de exabruptos que le gustaría desembuchar en ciertos momentos críticos cuando su santa, es decir yo, pierde el norte y se precipita al sur en caída libre y sin encomendarse tan siquiera a la Virgen de los buenos libros.
Y no es que yo pierda el norte con facilidad, de hecho soy poco asidua al norte, pero las circunstancias a veces me ponen al borde del abismo y esto es lo que me ha sucedido días pasados cuando muy de mañana, tan de mañana que las farolas seguían siendo sostén a más de uno que salía de esos antros que no duermen, pues bien, me dispongo a sumergirme en mis hábitos de cibernauta a gogó y el ordenador me hace una pedorreta. No la doy importancia por mi carácter benévolo, y continúo insistiendo y el ordenador erre que erre. Ya harta de tanta pedorreta mañanera pillo por el pasillo a Peluche pequeño y le digo muy suave (a este mío Peluche tienes que ir como la seda o te manda a tomar café sin que se le despeine una pestaña) “Hijo, el ordenador dice que no hay WIFI, ¿tú podrías hacer algo?” Como está dormido, me hace caso y toca no sé qué, pero mi intimo amigo WIFI se cansa, se estresa, el caso es que mi ordenador me sigue pedorreando. Total, decido ser positiva, nunca negativa, me olvido de Google y me pongo a escribir. Pero, claro, siempre escribo con el diccionario de sinónimos y antónimos abierto, pero como no hay WIFI, se hace visible mi léxico tan lejano, a años luz, de mi envidiable Luis Mari Anson, de los hombres que más ennoblece a la lengua castellana por su riqueza lingüística y, chicos, que una maquineta te saque los colores y que te diga a la cara lo pobre que eres expresándote pues fastidia y mucho. Así que decido en mi incipiente desesperación despertar a mi Pepe que estaba orquestando junto a Perro una sinfonía de broncos ronquidos, me manda a tomar vientos y sigue durmiendo sin despeinarse. Entonces ante la impotencia, comienzo a tocar aquí, allá y al más allá, y nada. Se levanta mi Pepe y remata la faena. En ese punto creo que ya no había WIFI en kilómetros a la redonda, pero como mi pesadez puede ser peor que una mosca cojonera, mi santo Pepe se va con Perro a la tienda de informática. Allí al pobre, igual que le venden kilos de tomates a por mayor, le venden un aparato que supuestamente hace llegar el WIFI hasta Marte si es necesario. En esto, se había vuelto a hacer de noche y aparece Peluche pequeño y  le enrolamos a nuestra causa y toca aquí, toca allá y parece que unas leves y tímidas hondas vuelven a entrar en el dulce hogar de los GarciQuesos. Nos vamos a la cama tan felices y como yo, cuando estoy a las puertas de publicar novela, por magia potagia se me evapora el sueño, pues me levanto y el ordenador me escupe pedorretas por doquier. Me pongo en el ordenador de mi Pepe, se lo bloqueo. Me pongo con mi tablet, la desconfiguro. Cojo el móvil, lo desvirtúo… A estas alturas de la película, entendedme, mi cabeza estaba más agitada que el sonajero de un bebé. Ya no tenía chismes tecnológicos para cargarme y me puse a velar el sueño sinfónico de mi Pepe en espera que abriera el ojo. Lo abrió y después que le explico mi problemática, me dice abruptamente “Qué te den por el florero… Si eres una inútil, yo no tengo la culpa” Y se mete en la ducha. Debió pensar que desapareciendo bajo la lluvia el asunto se había finiquitado. Abre las correderas tan lavadito y fresco y allí estaba yo en un mar de lamentos. Apenas le dejo tomar un café de esos que me salen malos a conciencia y se va a la tienda de informática cargando con seis  kilos de ordenador, el chisme de las ondas que supuestamente tendrían que llegar a Marte, y yo. El empleado suspira sin perder sonrisa blanca (en estos casos esas sonrisas falsas hasta se agradecen), mira mi ordenador y dice que está sano. No tiene colesterol, tensión estupenda, tiroides equilibrada y el problema reside en los tabiques de la casa: reprimen el WIFI. Mi Pepe en un hilillo de voz y temiendo que  su santa, es decir yo, decidiera tirar las paredes con tal de tener WIFI pide encarecidamente que le explique por enésima vez cómo funciona el chisme de las ondas. Volvemos a casa con los seis kilos de ordenador y repite operación de tocar aquí, allá y más allá y ¡Milagro! Google aparece dicharachero y juguetón… Beso, abrazo, achucho a mi Pepe y el muy borde me vuelve a decir “Que te den por el florero”

A estas alturas más que supuesta escritora, soy un jardín de flores… pero con WIFI.

6 comentarios:

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

No es que te vea muy ducha
con la informática
y Pepe es más que un chulito
de ciencia cuántica,
mas te ruego, compórtate,
no seas maniática
y con la Wi-Fi no luches,
quédate estática
o te veré en una clínica
neuropsiquiátrica


¡Ay mi Lola, cuánto la quiero!...
Besos.



Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Jajajajajajaja. eres único, don Juan José

Codorníu dijo...

¿La segunda novela ya? ¡Madre mía! ¡Vaya marcha que llevas! jaja... Claro que tienes materiales acumulados para escribir una docena más, por lo menos.
Me alegro un montón que haya gustado la primera, y por defraudar no te preocupes, jeje... ya sabes que Saleta (mi Saleta) piensa que el ego, como imagen propia, es tan solo un reflejo en el espejo, jeje...

Me encanta el titulo de la nueva, "Mujeres descosidas". Es fuerte e insinúa tener mucho zumo de calidad. Te deseo tanto éxito o más que con "Sevilla... Gymnopédies".

Un beso enorme. Yo sigo teniendo arábica de Costa Rica. Soy bastante predecible, jaja...

PD) Te mando la URL del blog de Saleta, por si quieres echarle una ojeada. Es este:

http://lospapelesdesaleta.blogspot.com.es/

SALETA dijo...

Gracias, amiga.
Ya vi que entraste la primera.
¡Nunca nadie fue tan bienvenida!
Besos posvermú, jeje.
Saleta.

Macondo dijo...

Otros harían al contrario que tu Pepe, poniéndose a tu disposición encantados para terminar no haciendo nada. Mucho más de agradecer la forma de proceder de tu santo, aunque te mande a que te den por el florero.

Cada quien vuela en su propio cielo dijo...

Súper divertido tu relato. Me he reído un montón. Enhorabuena por tu talento para escribir con tanta gracia. Me encantas MariAngeles Cantalapiedra. Saludos!!