Tú y Yo no se hablan desde anoche. Saben que no es
bueno irse a la cama con palabras encendidas de reproche, pero aún así apagaron
la luz rumiando cada uno sus escocidas doliendas.
No es habitual que Tú actúe así pues su carácter es
sereno, conciliador, cauto, sin embargo la verborrea de Yo le salpicó de tal
manera que no pudo contenerse.
Yo, es convulso, vehemente, vital y poco reflexivo
cuando en su piel navega la incoherencia de los otros que la toma como suya y sale
al paso como si fuera el Cid Campeador.
Llevaba días gestándose la tragedia, a Tú no le
pilló de improviso, pero tampoco quiso intervenir dejando a Yo que al final se
cayera del árbol que había erigido como púlpito para su arenga y claro que se
cayó, sintió hasta coces en su magullado cuerpo moral. Tú se le quedó mirando
un rato, un rato largo pues en el fondo le dolía la caída tanto como a Yo.
Acostumbrados Tú y Yo a caminar juntos siempre, a estar en perfecto equilibrio
ambas partes de un Uno indisoluble, Tú saltó enfurecido, según él, en el
momento oportuno. Yo, por el contrario, sostiene que la coz más fuerte provenía
de Tú.
Todo saltó por los aires cuando Yo dijo “Si me
quieres, quiéreme de todos los colores”, Tú mirándole con desprecio le contestó
“Naderías, borbotones de palabras sin sentido. Hace días que pasas por el
espejo y no te miras y no has visto, por tanto, la vanidad en la que te has
vestido, un traje tan pesado que ha logrado que
extravíes la perspectiva”. Yo se frota la mollera, duele, pero más lastimadas tiene las ideas que
hierven sangre por un costado, comenzando a tomar conciencia, por fin, que sus
percepciones son suyas pero no han de ser obligatoriamente las de los demás. "Con una vez que las cuente, es suficiente, pero de ahí a imponer es un trecho
insalvable", seguía arengando Tú aunque Yo se obstine en creer que está en posesión, nada menos, que dé
la razón y la verdad.
Como adivinando Tú los pensamientos de Yo, añadió “Quién
eres, tonto de las narices, para creerte en salvaguardador de una idea a la que
le faltan elementos para discernir si tiene peso o no… Se te va la fuerza por
la boca, la soberbia y la altanería en tu actitud…” Cuánto más vociferaba Tú,
más humillado y destemplado se encontraba Yo porque estaba tomando cuerpo de
realidad y verdad cada palabra escupida por Tú malhumorado.
Tú y Yo, invariablemente, han sentido un
remusguillo en sus conciencias, una debilidad, cada vez que se topan con un
ganador y un perdedor. Ambos se quedan parados, en un lugar poco visible
visibilizando con todo detalle la conducta, los sentimientos, que afloran
cuando el Ganador se siente triunfante y cuando el Perdedor ve malogradas sus tibias
esperanzas. La mirada del Ganador es la luz misma, la osadía de presentir que
su campo no tiene compuertas que impidan su avance. Puede mostrase, incluso,
soberbio, un Nike cualquiera, Apolo,
Zeus, vete a saber, pero a su incandescencia de victoria no la puede ocultar.
Perdedor extravía su mirada, su gesto se apaga y
se abriga en los brazos de alguien para ocultar su frustración, para lamer su
herida lejos de ojos intrusos. A Tú y Yo se les saltan los fusibles de la
ternura y el consuelo es su guía; invariablemente se pasan al lado de Perdedor.
Tú y Yo, constantemente, se diluyen en esas almas
triunfantes y dolientes. Ambos están de acuerdo de sentir lo mismo en un alma y
en otra.
Y anoche, un hecho insólito, Yo fue arrastrado por
el ganador, ése que había estado todo el día desmitificando por sus talante y
por su gesto. Sí, fue empujado por el buen
hacer, por la aptitud y la actitud, por restablecerse ante el infortunio
creyendo en sí mismo. Y Tú se fue con el Perdedor, el que sabe que la gloria no
consiste en no caer nunca sino más bien en levantarse las veces que sean
necesarias para perseguir un sueño (M.Benedetti)
Esta mañana al despertarse, Yo ha ido al espejo,
no le ha gustado nada lo que ha visto, y ahí está sentado, mirando a Tú que
duerme plácidamente para pedirle perdón.
4 comentarios:
Espero que se reconcilien y que cogidos de la mano disfruten de la vida.
Besos.
Muy bueno. Me recuerda a la vida real, no sé por qué ;)
Besos
Veo a Yo dando el primer paso para reconciliarse...
Besos.
Entre tú y yo pssss "La doble naturaleza del Ser humano" mi Ensayo de Metafisica jejeje
Muy original este micro relato
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