Mañanas al sol tostado, mañanas de pereza
enredadas en tus enseres. Mañanas que intuyes pero que no has probado. Mañanas
en que el mundo te espera y tú no te decides. Mañanas que escuchas, están ahí
detrás de tus persianas bajadas. Mañanas de primavera, de amapolas y
margaritas. Mañanas de todos los colores para que elijas el que más te
convenga. Mañanas de pajarillos desde el alba subidos a tu balcón, son la tuna
primaveral. Mañanas de lluvia, esa que lava y empapa la tierra. Mañanas que
imaginas pero que no las pones letra. Mañanas que acaricias mientras el vaho
nocturno se deshace en tu almohada. Mañanas de amor, de pies entrelazados y el
calor de tu cuerpo. Mañanas de duende, mañanas rebozadas de recuerdos, mañanas
de sonrisas, tal vez de lágimas. Mañanas de vida, mañanas de lucha, mañanas
pausadas, mañanas planchadas, mañanas sin ojos hasta que tú las mires.
¡Ha sonado el despertador!, abro la ventana y mis
macetas encienden mi mirada somnolienta.
¡Buenos días, esperanza!
4 comentarios:
Bonito post.
Yo solo las veo el fin de semana si acaso, el resto, asfalto y gris en excepto en verano, ni pajarillos ni leches, con perdón ;)
Besos.
Ojalá tengas muchísimas mañanas así.
Me alegro mucho por ti.
Besos.
Me he sentido identificada con esas mañanas que describes.
Mañanas de primavera, de amapolas, de margaritas...
Un beso.
Me haces recrdar el titulo de la novela "Buenos días tristeza"
Muy bello relato, me gusta tu estilo. Por eso me gustan todos tus escritos.
Publicar un comentario