domingo, marzo 06, 2016

DIARIO DE UNA NOVATA XXI

Diario de una novata XXI
6 de marzo, 2016
Vengo santa, y mi marido con los pies planos a punto de meterse cartujo para no verme más.
Mira que Sevilla tiene iglesias, me he encomendado en toda la que he pillado a mi paso. En la mayoría me he sentado a pensar, a no perder un gramo de las sensaciones que me rodean estos días, a tragar la vida como si fuera el último paso que diera. A mirar con ojos inquisitivos las pequeñas cosas que revolotean a mí alrededor, a escuchar ávidamente a la gente, a la música que se contoneaba al borde del Guadalquivir o en una capilla perdida, al sonido de las campanas resonar ya muy de mañana…, no fuera a ser que me quedara sorda. He escrito cada cosa que me decían, anotado nombres, he hecho listas para que nada se perdiera, y me he emocionado demasiadas veces, pero no he llorado. Era una íntima satisfacción no de lágrimas y mucho de sonrisas agradecidas, un agradecimiento hondo a cada persona que estos días roza mis horas; tal vez no vuelva a sentir tanta sensación de gratitud y no  quiero perder ni un milímetro de luz, de ese cielo azul limpio de nubes en el que me han envuelto.
El 4 de abril presento Sevilla…Gymnopédies en mi Sevilla. Mi yo cenizo está mudo, ¡qué placer!, así disfruto del momento sin que me atormente con sus miedos. Para ser escritor hay que tener imaginación sin duda, pero si no existiera esa realidad circundante,  una verdad vulnerable o no, no existiríamos los escribidores porque todas las historias nacen de la realidad para luego crecer en la ficción. Pues bien, dicho esto, nunca pensé ni soñé presentar mis letras ni aquí ni en ningún sitio. Lo confieso ahora a tres días de la presentación de la novela en Madrid. Nunca, nunca.
Sé que el miércoles veré pasar por unos instantes la radiografía de mi vida, idas y venidas de mis letras y recordaré con nitidez cada instante, cada sueño, cada desierto, a pesar de tener memoria de pez. Estoy convencida que hay un momento en la vida de cada ser humano que clarifica su vida en un santiamén tan impreciso como sorpresivo, pero un recuerdo satisfactorio aunque su vida se haya teñido más de sombras que de luces.

Mafalda, me siento tan evaporada, mística y angelical, que no sé si irme a un convento y no salir de el hasta el 9 de marzo a las siete de la tarde. ¿Tú qué opinas?

2 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Todos esos nervios son muy buena señal.
Va a ir todo muy bien.
Muchísimo mejor que en cualquiera de tus sueños.
Ya lo verás.

Besos.

Ambar dijo...

Faltan dos días....solo dos días. ! Fuera nervios !. Total seguro que solo asisten personas, ni extraterrestres ni nada, solo personas y con las personas TU PUEDES.
BESOS