martes, noviembre 05, 2013

NATURALEZA VIVA

Cae la tarde en el valle de Cabuérniga. Hace rato que el sol, cobijado entre nubes tan cenizas como negras, ha dado el último esplendor a las ramas de los árboles que yacen esqueléticas en un mar de sombras. Al rato, esas nubes amenazantes han cumplido su propósito y han comenzado a rociar el valle de agua tan cristalina como la que recorre el río Saja. Allí los sonidos son limpios, relajantes, acordes con su entorno. Las tres últimas vacas caminan lentamente con su cencerro dando la última nota sonora de la tarde. Una es pinta, la otra cobriza y, la última, del color de la paja tierna, tan tierna como su mirada abobada. Las casas blasonadas de Sopeña, iluminadas por farolas colgantes de luz amarillenta, retoman el misterio y el señorío de antaño; más de uno al mirarlas de reojo ha visto, por alguna ventana, la sombra de un fantasma; la verdad es que en aquel rincón del planeta la imaginación se releja tanto que bulle en su clarividencia. Da de sí para charlas alrededor de una mesa de roble en una cocina mientras se guisa, alguna baila mientras corta patatas, otra hace piruetas con la espumadera como batuta, otra inmortaliza el momento, otros hacen confidencias entre dos amigos que se reencuentran después de años. Toman un vino y, mientras lo saborean, se cuentan cómo han ordenado su memoria para reconstruir su propia historia, cómo han vencido a sus fantasmas particulares…, cómo han cambiado. Los deportistas observan la raqueta de Nadal… Y así transcurren las horas en ese paraíso que se torna dorado en otoño mientras te pierdes entre bosques y riachuelos, paseos por caminos abandonados mientras tus pies se rodean del fruto del castaño, pisando la hoja marchita, y un perrillo disfrutando de la libertad que da esa soledad… Silencios y espadañas, risas y susurros, miradas cómplices, pensamientos positivos…, y la lluvia bañando la buena amistad.

3 comentarios:

Nómada planetario dijo...

Un escenario idílico, descrito con la maestría que te caracteriza.
En cambi yo llevo una tarde de perros con la obra de al lado.
Besos ahora que se han ido.

Maripaz dijo...

El otoño inspirador te ha cautivado, y ha nacido de tu bella prosa un texto muy bonito.

América dijo...

Amiga
Sin duda eres de las mejores escritoras que tengo el placer de seguir, aun cuando no puedo seguir el ritmo de tus publicaciones cada vez que lo hago mi admiración por tu arte crece. Hermosísimo texto pleno de imagines y calidez.
Un abrazo fuerte.