ÁLVARO Y PAUL

Hay imágenes que encienden tus sentidos, fotografías que se cosen al espíritu obrando cada una de ellas la magia necesaria para poner tus motores internos en marcha…
Álvaro es un muchacho con síndrome de Down. Mira a la cámara orgulloso besando un trofeo dorado. Saluda desde el bus a una multitud que salta y canta al unísono, que ondean mariposas rojas y gualdas. ¡Pobres mariposas!, tal vez mañana caigan abatidas y olvidadas, pero eso Álvaro lo ignora; mejor. Él sólo siente orgullo, esa felicidad cristalina que rebosa en la mirada de este muchacho que de vez en cuando va a abrazar a su padre por dejarle vivir el triunfo de otros.
Paul se ha puesto ciego a mejillones mientras le dedico la mejor de mis sonrisas porque él ha logrado encontrar el gesto amable que yo había perdido.
Ayer estaba triste pues la fiesta había terminado. Fiesta en la que no he participado, pero que la he mirado con los ojos de Álvaro y las graciosas proezas de Paul. Hoy toca realidad, esa realidad sucia que elaboran unos cuantos en beneficio de ellos mismos y nadie más.
Las mariposas gualdas y rojas serán destripadas, los ojos de Álvaro les explotarán… Y se comerán con patatas a Paul; los políticos son así