sábado, marzo 20, 2010

EL TREN DE LA TARDE

Las sensaciones son constantes vitales que laten al tic-tac del bombeo de tu corazón. Estrellas errantes encendiendo los sentidos que guían las emociones…
El tren, hechicero de fortunas y pasajeros anónimos.
Estaciones lluviosas de forja y metal. Silenciosas testigos de encuentros y despedidas. Elegantes y melancólicas esperando, esperando hasta el fin.
… Siempre tengo la misma sensación, el mismo aroma a recuerdos húmedos, de flashes iluminando trozos de paisaje, agitando las emociones con vaivén del tren mientras avanza a tu destino provisional…
Las vías, espejos de zinc, insinuantes caminos de hados y peregrinos.
Catenarias sosteniendo el faro guía de un destino, alimentando las percepciones.
Y es que una estación, un tren, posee un alo mágico y nostálgico a través de sus andenes, de sus ventanales. La lluvia se desliza en lágrimas transparentes pegadas a un adiós, y también abrazos de esperanza.
Siempre, siempre soltando lastres, dejando atrás y avanzado por el carril de un destino.
Afuera, el páramo dorado es ahora el desplome del cielo buscando refugio en la tierra. El tren avanza, y la niebla envuelve las fotografías rápidas que se adhieren a mis ojos.

Mientras, la tarde se derrumba sobre los campos. Enormes océanos en colores dormidos, melancolía infinita…, y mi tren, en el rumbo fijo hacia el silencio más absoluto.

8 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Que buena metáfora.
Me gustó.

Besos.

Juan Julio de Abajo dijo...

Siempre se dijo que partir era morir un poco. Las estaciones son apeaderos en donde unos bajan y otros suben, cada uno con su historia en la mochila de los recuerdos o las esperanzas... Nos despedimos de lo que más queremos o de quien más ternuras ha desparramado sobre uno en tiempo de ojos húmedos. Y es que, a través de las ventanillas, dejamos un trocito de corazón. Queda la añoranza, la murria, la languidez... Pero un pensamiento ha de permanecer en la mente: "¡VOLVERÉ!"

Bienvenida, chavala.

JULIO.

www.fancyediciones.es
juan@fancyediciones.es

José Luis López Recio dijo...

¡Estupendo!
Eres la escritora de los trenes y de las estaciones de tren. Les sacas partido como nadie.
Un gran abrazo

Luis y Mª Jesús dijo...

En la estación de tren te conocí. Tu no me viste pero yo te identifiqué y ahora te imaginó allí, consumiendo un cigarrillo mientras pensabas en el inevitable diágnóstico que ya conocías.
Un beso

Juan Antonio ( Amaneceres mios) dijo...

Yo me muevo mucho en el tren y aun los modernos conservan ese aire romantico de los viajes antiguos .Y hablando de trenes cojete uno y vente a Sevilla que el azahar y el incienso te estan esperando.Hombre y algun pavia de bacalao que otro...
besos

Anónimo dijo...

Lo mío también son los trenes y las estaciones. Espera a que salgan algunas florecillas junto a los raíles.

Un beso, amiga.

guillermo elt dijo...

Me recordaste mis viajes de niño en el tren. Cartagema-Alcazar de San Juan-Sevilla-Huelva... Algún que otro viaje me endosaban a la guardia civil o a la custodia de algunas monjas... Qué tiempos... ah, el tren de Sevilla a Huelva tenía los asientos de madera y eran de listones... Sí, la tira de años.

Besicos

Maria Coca dijo...

Como dice Toro: una metáfora maravillosa. La poesía sale de tu corazón como tus latidos...