sábado, diciembre 26, 2009

EL SILENCIO DE LA NOCHE

Afónica noche la de hoy que caminé por ella colgada a sus extremidades más extremas…
El silencio en una ciudad pequeña no tiene nada que ver con el de la gran ciudad; aquí, la noche no duerme nunca, no calla. En cambio, en la urbe chiquita la oscuridad se crece, se escucha su eco y tus oídos atiborrados de sonidos no digieren la afasia de sus horas.
La noche viene vestida de sigilo, de una paz que se huele según tu nariz se asoma a ella.
Hoy, esta noche, la he mirado de frente, me he paseado y mecido en su niebla mientras escuchaba su sosiego más mudo.
Sólo, a eso de las seis de la mañana, cuando el cielo barrunta que el día está cercano, el mutismo se ha roto por unos pasos que caminaban firmes y apresurados. Me he imaginado que eran las huellas de una mujer es pos de un destino. ¿Quién si no anda de esa manera rítmica de paso chico taconeando al abrigo de una alfombra gris?
Después, ha vuelto el misterio de la noche, observando mi vigilia hasta que un pájaro ha cantado. Sí, en diciembre, había un cantor que despedía a la noche. Su trino era lastimoso… Y me he preguntado si habría perdido su nido. Un suspiro, y el pajarillo ha enmudecido. Tal vez la helada, la niebla, han podido con él.
…A las ocho, la noche se ha ido y cuando he mirado al día que despertaba, la luz quemada me ha regalado una estampa de la ciudad recortada en sus perfiles más silentes y más bellos que recordaba de mi ciudad: los tejados estaban blancos, las farolas emergían amarillentas entre el polvo difuminado de la niebla… Y el silencio atrapado en el asfalto mudo.

9 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Que frío y que silencio.
Parece el limbo.
Que paz también.

Besos.

Nómada planetario dijo...

Una descripción muy romática de la noche, casi siento el frío y la niebla en mis huesos.
Una pequeña corrección, la frase que dice: "Me he imaginado que eran las huellas de una mujer es pos de un destino". Mejor sería: "...en pos de un destino".
Besos de noche afónica, como la mayoría de este barrio, por suerte.

Juan Antonio ( Amaneceres mios) dijo...

Hoy la noche te ha visitado, te ha envuelto ,te ha hecho oir sonidos ,te ha hecho suya y no te llevo por que el pajaro salvador te desperto .
Dulces sueños para la proxima

Maripaz dijo...

Que bien has descrito la noche y el silencio en una ciudad pequeña...

Genial!!

Trasmites con tanta fuerza!!

Mis deseos de felicidad para estas fiestas, para tí y tu familia.

Un abrazo

guillermo elt dijo...

¿Has caminado en el silencio del amanecer de una mañana nevada... Sola, sin nadie a tu alrededor, sin gentes, coches... ni siquiera un pajarillo que revoloteara a tu alrededor???

Si es que sí, entonces habrás podido escuchar el dulce mullido de la blanda nieve al ser pisada... ya digo, en el silencio del amanecer.

Besicos Navideños.

aapayés dijo...

En ese camino me encuentro con el frío de estos lados.. en esta mañana de diciembre..

Un gusto leerte

Un abrazo
Con mis Saludos fraternos...

Que el próximo año 2010 sea de éxitos en todos tus proyectos venideros..
Y Gracias inmensas por tu compañía este año que culmina..
Seguiremos siempre compartiendo letras, llenas de esperanza...

Higorca Gómez Carrasco dijo...

Muy bueno tu cuento, la descripción de la noche, de la soledad en el intenso frío ¿la soledad de tantos y tantos seres? Un abrazo y felices fiestas.

Maria Coca dijo...

Se percibe paz en tu relato, en esa noche quieta que sin embargo suena.

Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo. Te deseo lo mejor para ti y toda tu familia, Mari Ángeles.

Antonio dijo...

La noche en la pequeña ciudad y en los pueblos es más noche, más definida, clara y precisa. Su olor y sonido silente te retrotrae a etapas de añoranza, te vuelca en tu interior para sondear viejas vivencias que formaron el soporte del presente.
Un abrazo y un año venturoso pata ti y todos los tuyos.