lunes, agosto 03, 2009

LA LUZ ENTRE MIS PÁGINAS

He llegado a la conclusión que cualquier momento es bueno para pensar. Es como dejarse llevar entre nubes vaporosas que mecen ideas sin descubrir. Éstas te sorprenden inesperadamente... Hoy iba camino del bus cuando mis ojos se han quedado enganchados en un cielo plomizo. Melancólico y decadente, invitaba a pasearte por sus regueros de claroscuros. Comparaba qué era más hermoso si un sol en su ocaso o en el despertar de la luz, o descansar nuestras agitaciones internas bajo esa luz grisácea...
En esa disyuntiva estaba cuando se me sirvió en bandeja de plata un pequeño placer: el cielo se dibujó de noche. Las nubes plomizas batallaban unas con otras a ver quién era más fuerte; inútil. De pronto apareció un haz de luz tan potente, tan irreal, blanco, alegre..., mientras las nubes descargaban su furia en agua fina y copiosa, las copas de los árboles, los cestillos colgantes de geranios rojos en los alrededores de la plaza de las Ventas se iluminaron embraveciendo su colorido.
… Entonces pensé qué grandiosa era la madre naturaleza, qué poquita cosa es el ser humano, pero qué suerte tenemos sobrevolar cada día por estos cielos de sol y sombra y que estos agiten nuestra fragilidad emotiva para así, de alguna manera, poner luz en las páginas de nuestras vidas.

7 comentarios:

Antonio dijo...

Precioso relato. Yo creo que el pensar, aunque es una constante, tiene sus momentos de inspiración, donde la receptividad está a flor de piel y el entorno lo potencia. No siempre tengo un pensamiento productivo, de calidad, sino que es la soledad conmigo mismo, el aislamiento de las interferencias y el centrarme en las ideas, las emociones y sentimientos y su elaboración, lo que me hace pensar constructivamente, con todas mi potencialidad. Brillantes ideas aparecen sin buscarlas, y cuando se buscan no están.
El paseo y la contemplación son buenos padres para la reflexión y elaboración de ideas, bajo mi experiencia.
Un afectuoso saludo

aapayés dijo...

Maravilloso escrito nos entregas todo un mar de sensaciones metafóricas que acarician el alma.. que poca cosa somos los humanos, en vuelo nos entregamos a la vida..

Saludos fraternos
Un abrazo

Anónimo dijo...

¿Qué decir de los contrastes? Desde que el niño nace ya corta la realidad en dos partes: él y lo otro. ¿De qué otra manera podría el Todo conocerse a sí mismo sin esa dualidad?

¿Ves? Tus nubes, tus rayos, tus contrastes te han dado una reflexión. Y ese batir de alas me ha dado a mí la mía.

Como en la llama de una vela que se prende con la de otra.

¿Has tomado ya el pinchito de media mañana?

Te invito a un bocata de besos.
Codorníu

MarianGardi dijo...

Hay belleza natural y hay belleza que tù la tamizas y la resaltas.
Que bella eressssssss
Y lo del puesto a tu lado en la comida què?
O me vas a dejar solita? nif nif

Nómada planetario dijo...

La carencia de luz debe ser algo espantoso, sobre todo para quien anda buscando encuadres como deformación profesional.
Disfrutemos de la policromía de la vida.
Besos desde una mañana radiante.

TORO SALVAJE dijo...

Siento algo parecido cuando hay grandes tormentas, truenos sin fin, la lluvia desplomándose enorme, los relámpagos amaneciendo en el cielo..., me encanta esa sensación.

Besos.

Angelo dijo...

Las almas que saben ver la belelza que a diarío se nos ofrece son almas que vale la pena imitar. Solo hay que fijarse un poquito y de seguro encontramos cada día un poquito de luz que nos hará extasiar y valorar.
Una descripción muy hermosa