viernes, junio 12, 2009

MI HOGAR...

Caía la tarde cuando llegué. El cielo amarilleaba oscureciendo la tierra mientras el aroma a trigo, oveja y vaca me daban la bienvenida.
El aire estaba roto de silencios y los últimos pajarillos revoloteaban entorno a los nidos de las cigüeñas en lo alto de la iglesia.
Mis pies, acostumbrados al asfalto, notaron en sus plantas el empedrado de las callejuelas, riachuelos estrechos y serpenteados caminando hacia la vega del Pisuerga.
No había paisanos en la plaza; los pueblos castellanos en día de diario, al terminar la faena, se recogen tras sus muros de cebada y heno y yo, que ya no soy de aquí ni no soy de allá por mucho que me empeñe en que mis raíces sigan vivas, sobrevolaba como una extraña el paisaje amarillento de mi Castilla.
Caminé despacio oxigenando mis pulmones de lo que es mío, aunque la vida se obstine en separarme de aquello que amo, hasta que llegué a casa.
Estaba muda, afásica; un duende abandonado en medio del campo. El ciprés emergía su sombra negra hacia el cielo mientras la hiedra se extendía como una alfombra; abrí la puerta con dificultad porque el duro invierno había dejado su huella.
El eco de la ausencia subió conmigo las escaleras… Un año más había vuelto a mi hogar.

11 comentarios:

aapayés dijo...

que hermoso escribes.. me has traído a la memoria mi país.. que puedo hacer en el exilio..

he sentido mío tu escrito..
un placer leerte..


te dejo mis saludos fraternos con cariño..
con el abrazo inmenso, lleno de ternura

Besos
Que tengas un buen fin de semana

TORO SALVAJE dijo...

Que sensación más plácida transmites al llegar a tu hogar.

Que bien.

Besos.

MarianGardi dijo...

Nunca se olvida la Tierra donde nacimos, el corazòn se inflama cuando una se acerca a ella.
Hermoso relato como siempre.
Un abrazo sincero y cariños

Xabo Martínez dijo...

ahh castilla... que clase de magia impregna el suelo, que da la impresion que el tiempo se ha detenido.

Anónimo dijo...

Tienes suerte de sentir algo así.Yo soy de asfalto de toda la vida y esas sensaciones que describes me llenan de envidia.
Gracias.

Anónimo dijo...

Cuando yo digo que tú eres, ante todo, descripción...

Lo milagroso del caso es que hayas conseguido llegar a tu hogar (es broma, sabes que te quiero)

¿Un cafelito?

Pepe C.

Inés Bohórquez dijo...

Me encanta como describes la sensación del contacto los delicioso de la naturaleza la alegría de caminar libre... es hermoso!

Te dejo un abrazo y una invitación a mi nuevo espacio!
Besos

Micaela dijo...

¡Qué hermoso texto! Divino y entrañable. Casi puedo acercarme a la tierra de Castilla. Un fuerte abrazo.

Nómada planetario dijo...

Me recuerda a Delibes, describiendo a esa Castilla íntima y austera, pero no por ello menos certera.
Un abrazo de hogar que ha terminado conmigo con tanta limpieza, esto es solo el principio, mañana más.

Luis y Mª Jesús dijo...

La puerta crecida por la humedad y polvo y polvo que limpiar con clma, que auí no hay prisa. Poco a poco se van las humedades del invierno de la casa y del alma.
Mee alegro de que hayais tenido un buen fin de semana
Besos

PIZARR dijo...

Estoy con nómada en cuanto lo de Delibes y Castilla y la imagen podría ser perfectamente un cuadro que pinté de una puesta de sol en un campo de Castilla.

Bellísimas siempre tus descripciones Mª Angeles.

Un abrazo