Soy animal de costumbres, más, por las mañanas. El café despeja las nieblas más hondas, sin embargo los velos suaves e insinuantes del sueño tardan en evaporarse. Tal vez, de ahí, que necesite de una rutina para no extraviarme.
Bajo una cuestecilla todos los días, a la misma hora. Me sé los socavones, los pasos de cebra, el sol menudo al doblar la esquina. Continúo y, al cruzar la calle, me espera ese suave aroma dulce, entrecortado, leve, profundo… es la pastelería con la trampilla a medio subir que nos deleita desde el obrador a los durmientes que vamos camino del trabajo.
Sistemáticamente en el momento que me alcanza el tufillo cierro los ojos; me agrada empaparme de esa dulzura de crema, masa y azúcar.
Hoy, al abrir de nuevo los ojos, me he topado con un hombre parado justo en la puerta que realizaba miméticamente el mismo gesto que yo, aunque entre ambos había todo un mundo. Yo olía a jabón y me sobran unos kilitos. Él, hacinado en una cáscara gruesa de suciedad y un aspecto famélico.
Era una instantánea regia, digna y titubeante de cualquier ser humano. La limpieza y la mugre, la gula y la necesidad…, cuatro palabras que nos alejaban y, sin embargo, los dos, la riqueza y la pobreza unidas por un pequeño placer.
18 comentarios:
Si es que hay placeres que no entiende de condición social ni de higiene, sobre todos los relacionados con la "gastrosofía".
Besos lejos de la tahona del pan.
Ayer me acerqué corriendo al mercado (de esos de la calle) en la hora del café. No había ni una sola fruta en casa y sobre todo la nietecilla la necesita. Mi límite era la cantidad que podía transportar sin romper la espalda, pero a mi lado una joven negrita pedía una fruta, la que fuera para quitar el hambre. ¡Que contraste!.
Besos
Hola Ma Ángeles
Qué cerca estamos unos de otros! Estupendo.
Bajo una cuestecilla todos los días, a la misma hora. Me sé los socavones, los pasos de cebra, el sol menudo al doblar la esquina.
Mi saludo, desde Mérida, Venezuela. Jabier.
Síiil... ese olorcillo precioso y evocador, que parece que nos metemos en el seno materno de nuevo... jejejej... será por asociarlo con el calorcito del obrador... que digo yo... sí, a mí tb. me encanta... a todos...No hay ricos ni pobres, señor o lacayo.
Besicos.
Un retrato maravilloso del vivir cotidiano. La vida nos ofrece pequeñas sorpresas cada día. Un fuerte abrazo.
¿Habrá algún día alguna mujer que diga que no le sobran kilos?
Él me da pena.
Besos.
y pensar que todos los dias nos suceden cosas asi pero no todos caemos en cuenta, tan encerrados en nuestra mismidad, estamos, gracias por recordarlo.
saludos
que lindo es leerte y visitarte me robas el corazón con tus escritos..
un gusto
saludos fraternos con mucho cariño
un abrazo inmenso preciosa..
besos
No creo que él haya percibido esa igualdad, probablemente lo que le haya llamado la atención sea la diferencia.
Así son las cosas...iguales pero distintas.
Tal vez te sobren kilos, pero también te sobra inteligencia y sensibilidad. Un fuerte abrazo.
Hola Rubia...tu observacion... maravillosa
un beso amiga
El placer y el sufrimiento nos hacen iguales a todos. Y no digamos la muerte. En fin, que me pongo trascendental cuando me tomo el café…
Creer que somos iguales en los placeres es un triste consuelo. Las penas con pan son menos penas.
Besos
que razón llevas.
besos.
Me da que no nos vamos a comunicar. Yo estoy a dieta.
Tengo una boda. Tengo que aprovechar un traje. Tengo...
Lo siento.
Hay diferencias demasiado evidentes que duelen reconocerlas cuando uno se las tropieza de frente.
Quien te viera, con lo observadora que eres clavando tus retinas en esa escena.
La hemos visto nosotros también con tu impecable descripción.
Un abrazooo mu fuerteeee TK preciosa.
Hola Mª Ángeles,
pásate por mi blog, tienes un regalo para ti.
Besos
Mónica
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