miércoles, febrero 18, 2009

EL NARANJO

Un día descubrí por la metedura de pata de una persona que se proyectaba cortarme la cabeza (laboralmente hablando). Inmediatamente fui a que me lo dijeran a la cara (no me gusta andarme por las ramas y menos las muertes troceadas que parece que te matan y lo que hacen es ir mutilándote poco a poco) y me lo negaron.
Me fui de vacaciones y cuando volví, efectivamente, me había guillotinado; era la versión de Maria Antonieta del el S. XXI.
Esperé inútilmente que me dieran una explicación razonable porque soy de todo hasta comprensiva si me lo propongo, pero llegué al convencimiento que era como pedir a un pingüino que tocara el violín.
Así que en mi nuevo estatus de descabezada me dirigí a mi actual emplazamiento; una ubicación preciosa, de verdad.
...Es un rinconcillo rodeado de ventanales que dan a un jardín. Desde allí he visto amanecer, nevar en las últimas semanas, caer la lluvia escandalosamente enfadada. Y también, desde allí, contemplo un bellísimo naranjo que mientras trabajo lo contemplo extasiada.
El otro día observé como el jardinero estaba cortando las naranjas y recordé que José Javier me contó que si no se despoja de ese fruto, no podrá florecer.
… Pronto llegará la primavera y mi naranjo se cubrirá de la flor del azahar. Abriré la ventana y su aroma me recordará al Puerto de Santa María... La primera vez que pisé aquel pueblo, nada más bajar del coche, el olfato y la vista quedaron embrujados.
Sí, una vez más, pienso que no hay mal que por bien no venga y que, en cualquier realidad por cruda que sea, hay escondido algo bueno.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Asi es. Nunca es oro todo lo que reluce, ni podrido todo lo que huele.

Una entrada esperanzadora.

un beso.

Casa de Los Cuentos dijo...

Parábola china

Hermann Hesse

Un anciano llamado Chunglang, que quiere decir «Maese La Roca», tenía una pequeña propiedad en la montaña. Sucedió cierto día que se le escapó uno de sus caballos y los vecinos se acercaron a manifestarle su condolencia.
Sin embargo el anciano replicó:
-¡Quién sabe si eso ha sido una desgracia!
Y hete aquí que varios días después el caballo regresó, y traía consigo toda una manada de caballos cimarrones. De nuevo se presentaron los vecinos y lo felicitaron por su buena suerte.
Pero el viejo de la montaña les dijo:
-¡Quién sabe si eso ha sido un suceso afortunado!
Como tenían tantos caballos, el hijo del anciano se aficionó a montarlos, pero un día se cayó y se rompió una pierna. Otra vez los vecinos fueron a darle el pésame, y nuevamente les replicó el viejo:
-¡Quién sabe si eso ha sido una desgracia!
Al año siguiente se presentaron en la montaña los comisionados de «los Varas Largas». Reclutaban jóvenes fuertes para mensajeros del emperador y para llevar su litera. Al hijo del anciano, que todavía estaba impedido de la pierna, no se lo llevaron.
Chunglang sonreía.

(Saludos. Jabier)

Ricardo Tribin dijo...

Mi queridisima Maria Angeles.

Un gran relato, valeroso y profundo y sobretodo...directo a la mandibula.

Me gustaria conocer a Santa Maria...

Un beso grande..

Anónimo dijo...

A veces cuesta, pero si se busca con paciencia...cada rinconcito tiene su pequeño naranjo.Disfruta del tuyo.Besos

María dijo...

Amiga Mª Angeles,
Dicen que, cuando una puerta se cierra Dios abre una ventana ... y la tuya tiene aroma de azahar.
Dísfrútalo y ¡siempre adelante!
Un abrazo fuerte.

guillermo elt dijo...

Qué bien huelen nuestros huertos a azahar!... verdad???

Hay cosas, que no de los noses, pero en la vida cotidiana, por muy malas que nos parezcan las cosas, siempre podemos ver su lado bueno que nos beneficia.

Besicos.

Jesús Arroyo dijo...

Así me gusta. ¡Optimista a tope!

¿Sabes? Una cosa que me gusta hasta enloquecer es pasar por las plantaciones de naranjos y meterme un chute de "narices". Con mucha frecuencia me escapo a un pueblo de Castellón y por la A7, desde Sagunto, dirección norte, mandarinos y naranjos hacen de las suyas. Ese aroma... hace que abra las ventanillas del coche. Jejej, da lo mismo que nos de un pasmo...
Besos

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

¡Qué suerte, Mª Ángeles! yo que tú me marchaba de nuevo de vacaciones por una temporadita, quién sabe si a tu regreso te ponen un chalet en el cento del Retiro, rodeado de árboles y con vistas al lago. ¡Cómo te quieren tus jefes!...
Besos y besos...

Pilar Moreno Wallace dijo...

Gracias a "ese acento de luz" podemos ver por dónde sigue el camino ...
Ahora, leyendo sobre los naranjos, me traes el aroma de mi tierra en estas fechas que pronto se irán acercando.

Pilar Moreno Wallace dijo...

Gracias a "ese acento de luz" podemos ver por dónde sigue el camino ...
Ahora, leyendo sobre los naranjos, me traes el aroma de mi tierra en estas fechas que pronto se irán acercando.

Buenos dias con Poesía dijo...

Me leo los dos comentarios seguidos y no hay nada como el sur con sus naranjos. Esa primavera sevillana llena de azahar. No me apasiona la Semana Santa pero en esa epoca es tan bonito pasear por las calles.

Anónimo dijo...

Buen relato autobiográfico y dulce moraleja, amiga.

Fíjate, y a mí que me da el pálpito que has salido ganando, pero por goleada...

Vaya suerte de ventana.

Un beso, y buenas noches.
Codorníu

Yeli dijo...

Que el cielo te abra sus ventanas y te llueva su bendición...
Un abrazo
Yeli

Maria Coca dijo...

Así es, amiga, de algo malo siempre se saca algo bueno. Suerte la tuya. Ese olor es impresionante.

Besossss

goyo dijo...

hola rubia...cuando pueda te voy a subir el tango NARANJO EN FLOR.
Los azhares representan, pureza y antiguedad y la flor del naranjo, seduccion !!!
Un beso rubia y segui mirando tu naranjo

Paraula dijo...

Suelo contemplar para liberar los estress y distraer mi mente de cosas injustas.

Un abrazo
un placer estar en tu casa.

PIZARR dijo...

Te digo como Jesús que nada mejor en la vida que ser optimista y que intuyo al igual que mi querido Pepe que has salido ganando.

¿Sabes una cosa ? pasé mis vacaciones de semana santa y parte del verano, durante muchísimos años en un cortijo de naranjos y ese aroma de la flor de azahar se quedó congelado en mi interior. Me encantaba sentarme en el porche al anochecer mirando los bancales. Es que durante el día el sofocante calor de agosto me mantenía encerrada dentro del cortijo.

Disfruta de esas vistas y seguro que cada día descubres un nuevo motivo para ser más feliz que antes, en tu nuevo rinconcito.

Mil gracias por tus palabras de ánimo en mi ausencia y un beso