sábado, noviembre 01, 2008

AVE NORTE, AVE SUR

En otoño noto que la sensibilidad se esponja. Se hace más sincera e íntima, como si se liberara de sus vestiduras y volara desnuda en pos de sus sentimientos… Y me gusta sentirla así, la percibo más mía, más directa a su objetivo que es redimir tensiones entre el espejo de la vida y lo que llevas dentro cosido en tus paredes personales.
… Por eso me place viajar en tren en esta época del año. Un pequeño placer que no hace daño y me produce mucha paz. Es el único lugar del mundo donde no tengo escapatoria para dedicarme, mientras dura el trayecto, a pensar, a sentir, a soñar, a leer.
Me aposento y vuelo, vuelo soltando lastre. Mis ojos se funden con una mirada pirata en el paisaje. Siento las mañanas lluviosas sobre los campos de Castilla mientras la niebla abraza a las espadañas solitarias. Bebo el aceite de la vida en los olivares camino de mi Sevilla y cuando la luz va a menos, me veo respirando el sosiego que da mirarse hacia dentro con el temple de la sinceridad que te da hablarte a ti mismo.
Hay un lugar en el mundo que va sobre los raíles que me hace barruntar leyes que no están escritas y que sólo las tengo que escuchar.
Un lujo poder permitirme estos pequeños placeres en un AVE que va del norte al sur de mi vida.

11 comentarios:

josé javier dijo...

NO estarás en Sevilla, ¿verdad? porque he recordado que dijistes que en otoño vendrías...
Si estás, tenemos un café pendiente en la calle Betis, ¿recuerdad?
NO puedes dejar de avisarme... J.J.

aapayés dijo...

Saludos, un viaje interesante gracias por dármelo a conocer por medio de tu escrito. viaje

Nómada planetario dijo...

Disfruta del viajito y de la capital bética por supuesto.
Besos a la vuelta de la esquina.

guillermo elt dijo...

Viajar en tren... mádre mía!!!... Era yo pequeño y viajaba custodiado por la guardia civil, o por monjitas.... jejeje... Sí, sí. Y hacía trasbordo en Alcazar de San Juan... Bueno, no siempre he viajado solo a esa tierna infancia (aprox., no recuerdo bien... entre los 8 y 10 años... creo) En el correo.

Hace muchos años que no viajo ya en tren.

Besicos.

PIER dijo...

Que bien lo pientas guapa..
Si supieras.. que yo nunca me he montado en tren.. Le tengo miedo.
Te dejo abrazos.

Carlota dijo...

ya, es curiosa esa sensación que tan bien describes y que suele traer el otoño... el encanto de los trenes y dejar que el paisaje te vaya engullendo... un besuco.

toñi dijo...

Me has contagiado las ganas de viajar, he imaginado el paisaje y me ha parecido verlo. Un beso

Jesús Arroyo dijo...

Te veo acurrucada en el asiento, mirando el ocre de los árboles y el vuelo de las últimas tórtolas entre las encinas.
¡Buen viaje!

Vintage dijo...

y en logroño sin ave y sin ná, manda guewos de pais

muakkkkkkkkkkkkkk

El club de los Parados dijo...

yo subi a madrid y no precisamente en ave jeje El tren es infernal si no es el ave
Una sonrisa
Nos leemos

Maria Coca dijo...

Hace muy poco he experimentado todo lo que cuentas con un viaje en Ave. Y si, realmente el lugar y la velocidad te hacen soñar más despierta que nunca.

Besoss