domingo, abril 20, 2008

LA PIEDAD VESTIDA DE AGUA

Capeando la lluvia como intrusa tras mi ventana… Vino esta noche en que la zozobra, más que susurrar, me gritaba en reproches lo que como persona no había hecho.
Suave golpear primero, después aullidos de agua sin control lanzándose hacia el cristal… Igual que mis arrepentimientos, girando, rodando en mis sentidos descontrolados.
Mis tripas rugían y, allá afuera, el viento volteaba el agua hacia la tierra seca.
El aguacero persistía tras las rejas mientras la cárcel de mis pesares cumplía penas sin alivios.

Ahora, sólo llueve, llueve dulcemente como orvallo sobre mi alma. Música de gotas acompasadas en esta noche en que peno en mi calabozo sombrío. Su sonido me reblandece esta pena que llevo dentro de no ser lo que debo ser y, arrastrando mis cadenas en bajezas, siento como en esta noche la lluvia me acompaña mientras espero que el sueño perdone, al fin, mis malos hechos, mis débiles acciones que me arrastran a donde ahora estoy. Y, si no es por este aguacero de gotas estrellándose en el tragaluz de mi vida, pensaría que me ha abandonado la indulgencia.


PD. Dedicado a mi amiga Valeria este "ladrillo emocional", nadie como ella para valorar este género que a veces los escritores sucumbimos a este tipo de escrito.

7 comentarios:

Carlota dijo...

Te entiendo, o entiendo tu escrito. Un beso.

Anónimo dijo...

Tres días lloviendo convierten tus palabras en acuarelas que escurren por los cristales de la pantalla mientras leo. Lo que no sabe la Naturaleza (ola infinata combinación de los fenómenos)es que eso a mi vida se adapta admirablemente.

Un beso... y aprovecha cualquier rayito para salir al mundo. Si no, ya sabes, siempre nos quedará el palio obrero del paraguas amigo.

Pepe.

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Carlota, eres un amor, hasta mis ladrillos lees...
Gracias!!!

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Pepe... se me fue "la cacerola" entre tanta agua... Iba a quitar este pestiño, cuando vi que habían picado dos víctimas... Lo siento, pero gracias, tómate lo que quieras, esta ronda la pago yo.

CHISPITA dijo...

Es un verdadero honor y un halago que me dediques tu ladrillito. Hubo una época en la que éramos expertas eh?, pero no te vas a librar pequeñaja, porque lo he encontrado y para acompañar una tarde gris de domingo en la que no para de soplar un fuerte viento, aquí te dejo un trocito de ladrillo en agradecimiento. Y recuerda que te quiero. Ahí va...

Pájaros retozan en las ramas y me hacen cosquillas en las nervaduras. Ramajes de verdor rumoroso, en mi espléndida capa verde, y duermo, duermo ... soy un árbol, y pienso, pienso... y la savia bulle en mi interior y mis brazos se tornan en ramas, mis piernas en tronco, mis cabellos en hojas.

Anónimo dijo...

...Y digo yo dos cosas, Chispi, por este riguroso orden de salida:
1- ¿por qué dejaste de escribir?
2-¿por qué eres tan vaga para escribir?
Y una tercera que además de mujer ladrillo, tienes magia. Entonces me digo yo a mí misma mismamente, ¿por qué puñetas no escribes? Yo te leería, aunque sólo sea por solidaridad de ladrillo cemento jajajajajaja... gracias por pintarme sonrisas, niña.

Fernando García Pañeda dijo...

Un buen ladrillo para zambullirse y no salir del estanque de las palabras con que se pintan las emociones.
Un abrazo.