sábado, marzo 01, 2008

EL HOMBRE QUE HABLABA SOLO

Ramón era un tipo vulgar y corriente, no le conocerías si te toparas con él por la calle: estatura media, ojos marrones, camisa arrugada, vaqueros y cara evaporada…, como cientos de hombres que caminan por la ciudad.
Ramón, para ser un clónico de su especie, se sentía solo, decepcionado y escéptico de la sociedad con la que no le quedaba más hitos que convivir.
Su vida era anodina, ni gris ni verde, no tenía color y los días eran calco de los anteriores. Los fines de semana, dormía y dormía para olvidar y no pensar, hasta que un viernes, al llegar a casa, desnudarse y meterse en la cama con todo el polvo de la semana a cuestas, cerró los ojos y no vino el sueño a su encuentro. Por más vueltas que dio, las sabanas se hicieron una bola espesa, el sudor se pegó a su piel y su mente se quedó sin recursos para olvidar.
Dio la luz y miro a su espacio; eran dos extraños en medio de una nada huraña y hueca. Caminó por la casa, se sentía un fantasma acechando a su persona. Se sentó en una silla a esperar, al menos el convencimiento no le había abandonado y el cansancio se cebaría en algún momento sobre sus huesos y, al fin, se quedaría dormido. Pero no, el agotamiento tampoco apareció. Miró el reloj: las diez, las once, doce, una… Encendió el ordenador y una hoja de Word se abrió como un pétalo llegando a su cúspide. La miró recriminando su descaró y luminosidad, ser una doncella en un paraíso impuro. Deseo manchar su blancura, emborronar su imagen… Y así, un fin de semana sin calendario, comenzó a hablarse, a volcar su alma, a encender sus recuerdos, a bruñir sueños apagados. Se descubrió así mismo.
Hoy, Ramón es feliz a su manera; ha descubierto que habita con un duende. Barrunta que no está tan solo.
Hoy, Ramón mira su vida con cierto sentido. Sus tormentos se pierden entre la caligrafía y las palabras.
Hoy, Ramón se siente comunicado y, a veces, comprendido.
Hoy, Ramón es un gran escritor.


PD. Como Ramón, hay cientos de escritores barruntando por la red, haciendo las delicias de los lectores. Este escrito va dedicado a ellos.

4 comentarios:

CHISPITA dijo...

Bueno, por fin voy a estrenar este espacio íntimo y personal… voy a pisarlo por primera vez como si fuera nieve virgen. Que sepas que acabo de impregnarme los dedos de un color, naranja tal vez, y acabo de dejar mis huellas. Enhorabuena por tu premio, me ha parecido precioso el relato. Gracias por aquel cuento que me dedicaste y que me trajo tan gratos recuerdos. Y aunque llevo tiempo oxidada, me daré por aludida con tu relato de ahora, sólo un poquito, para evocar viejos tiempos. Besos de la payasa de tu amiga.

ana dijo...

MªAngeles, hay tantos "ramones" que jugamos a ser escritores de lo cotidiano, de lo íntimo y personal, a contar algo de nuestros diablillos emocionales, a interrumpir el sueño, a saciar debilidades secretas, a trasnochar los sentimientos y hacerles hueco en otros colchones literarios por una noche de lujuria y de poesía...
Este es un gran espacio en el que todos tenemos un sitio.
Un abrazo,
ana.

Carlota dijo...

Bueno, pues gracias por el trocito de Ramón que me toca, pues como dice Ana todo jugamos a ello. Y creo que es una terapia estupenda. Un beso.

Fernando García Pañeda dijo...

Es un desastre que haya por ahí tanto Ken, Dan y similares que nos hayan robado a tantos grandes Ramones.
Estupenda dedicatoria.