MIS HEROÍNAS

Va por esas madres que despidieron a sus hijos y ellas se quedaron con la ausencia y su recuerdo, con el saber que nunca estarán a su lado ni el requiebro de su abrazo. Son pura valentía como duelo y pena perenne. Va por vosotras mis heroínas dolientes.

Va por esas madres que trajinan sin parar que viven por y para sus hijos. Viven en sacrificio constante, en un navegar en soledad para sacar a sus polluelos adelante con la única ayuda de su amor por ellos. Va por vosotras mis heroínas, sois más fuertes que un huracán.

Va por esas madres maltratadas por hijos sin principios y aún a sabiendas de cómo son, siguen batiéndose el cobre por ellos sin abandonar la esperanza que un día soplará el viento a su favor. Va por vosotras mis heroínas de generosidad y amor ilimitados.

Va por esas abuelas que siguen ejerciendo de madres con sus nietos adecuándose a los tiempos modernos y echando miles de cables a sus hijos, sois mis heroínas.

Va por esas madres que sin engendrar se comprometieron con la maternidad de otros y son madres de primera; sois mis heroínas.

Se es madre desde ese instante impreciso en que un ser que, aún no es nada pero es un todo, crece en tu vientre.

Se es madre hasta que tus alas se pliegan para siempre.

Se es madre hasta el momento que la vida te arrebata a ese hijo/hijos y siguen siendo madre aunque no esté ese hijo.

Se es madre SIEMPRE, a todas horas, en cualquier instante. Cuando hay que remar contra corriente, cuando la vida azuza, cuando la esperanza se apaga y tú sacas la vela que sostiene la llama del amor.

Se es madre en las penas, en la salud y en la enfermedad. En la riqueza y aún más en la pobreza, en las alegrías y cuando el alma se parte, cuando ves y no ves que tú hijo rabia, se desvía y se tuerce.

Se es madre en la fortaleza y aún más cuando el viento arrecia...

¡Feliz día, madres! Sois vida

M Ángeles Cantalapiedra, plumilla