martes, noviembre 15, 2016

¡MUEVE EL CULO!

Unas cosas llevan a otras. Un pensamiento recala en otro. Total, un buen día nos damos cuenta que somos el fruto de una cadena. Una cadena que vamos construyendo nosotros. Unas veces a velocidad de crucero. Otras, con ansia y una prisa que tragas sensaciones sin haberlas masticado. Muchas, pasan desapercibidas. Sin embargo soy de los que opina que la vida nos da alguna oportunidad más para enmendar nuestros despistes, errores, meteduras de pata, nuestra desidia y olvidos. Y ahí es cuando damos el Do de pecho. Quizá no arregles nada, incluso lo estropees más. A mí me nace una sensación muy romántica, tan apasionada y novelera que no me puedo desgajar de ella. Muy por el contrario, caigo seducida en sus redes.
Y caigo porque mi vehemencia me lleva a equivocarme tantas veces que me paso media vida perdonándome y tratando de reconstruir mis pasos y cada nueva luz que llega pienso que el nuevo día me brindará esa oportunidad que desperdicié.
¡Cuántas veces me he ido a la cama con los pensamientos rotos!, y cuando he despertado he recogido los pedazos poniéndome a reconstruirlos. Otras los he guardado en el cajón de la memoria para mejor ocasión; todo menos rendirse.
El otro día estuve con mi editor, no le encontré acelerado como es su costumbre por las montañas de asuntos pendientes. Me quejé suavemente de ser una don nadie en el panorama literario, lo mucho que me había espachurrado la sesera en darme a conocer y que ninguna puerta se me había abierto. Incluso había estado machaconamente en las librerías para que expusieran mi novela Sevilla…Gymnopédies en los escaparates…Habían preferido a Carmen Posadas; lo comprendo, es más, es lógico, las habichuelas se las va a dar Carmen Posada no Mª Ángeles Cantalapiedra. Seguí hablando sobre mis descontentos, demandas y lamentos de manera tranquila y pausada pero llegó un momento que me di asco de tanta ñoñería por mi parte “El que mucho se queja, termina siendo odiado y apartado”, me dije. Resoplé, me levanté y me fui a la calle y ahí quedó la cosa.
Llegué a casa y me puse a hacer un video publicitario casero. Mi prima Blanca me dijo que muy mono pero que las letras no se veían un carajo. Tenía toda la razón. Desanimada me fui a la cama.
Pero ayer alguien habló de la navidad, esa estación de quince días que cada vez la odia más gente por generar desencuentros, gastos inútiles ¡Y qué narices!, porque ya no se cree en ella.
Como siempre yo nadando a contracorriente ¡Me encanta la navidad!, veo en ella tantas posibilidades y positivas que me niego a renunciar a ella, ¡allá cada cual!, más desde que cayó delante de mis ojos el anuncio de la lotería de navidad de este año… Mi cabeza alocada una vez más registraba los Input/output de las posibilidades macroeconómicas de mi novela “Sevilla…Gymnopédies” mientras que mi yo “Rendirse jamás del peluquín” se espachurraba en hacerse notar para que  la gente tenga en cuenta mi novela, la conozca, la done a un amigo, a una tía abuela, a su vecina…,yo qué sé.
Y me puse manos a la obra con el mismo frenesí e ilusión que cuando saco a la niña que llevo dentro.
“El no ya lo tienes, pero no te rindas” Este es mi nuevo lema. Ahora tal vez no escriba mucho por estar inmersa en mi nuevo proyecto de sacar cada día un eslogan; he leído mucho estos días sobre el impacto emocional, probaré si he aprendido algo.
“Jamás te rindas” Seguro que hay una segunda oportunidad esperándote. 
¡Mueve el culo!

2 comentarios:

Carmen Martinez dijo...

Ángeles, claro que sí, mira sabes que? Buen consejo yo también tengo un lema

Si quieres algo ve por ello
Lo único que cae del cielo es la
Lluvia.

Y no tengo ni editor Jajajajaja

Pero soy escritora o aprendiza
No editada eso si

Asique palante mi niña
Un abrazo

Carmen Martinez dijo...

Ángeles, claro que sí, mira sabes que? Buen consejo yo también tengo un lema

Si quieres algo ve por ello
Lo único que cae del cielo es la
Lluvia.

Y no tengo ni editor Jajajajaja

Pero soy escritora o aprendiza
No editada eso si

Asique palante mi niña
Un abrazo