Llevo dos días sin dormir por la
emoción. ¿Sabéis el dicho que de boda sale boda? Bueno, a mí desde mi tierna
infancia me han chiflado las bodas. Tanto, que ahora teniendo casi la misma
edad de Matusalén, veo videos de bodas por las tardes. Dado que los hijos de
amigos ni de una misma se casan, pues yo me conformo con lo que hay. Mi Pepe no
remueve la arena no vaya a ser que salte un conejo porque casar, lo que se dice
casarse con fastos, cuchufletas y Dj cuesta una pasta gansa y Pepe acaba de
leer que la hucha del estado para pensionistas corrientes, es decir él, pues
queda para un año escaso y si se nos casan nuestros pimpollos adiós cuchufleta
adiós. Casar a nuestro benjamín a Pepe
no le inquieta porque la criatura es muy suya y al ser tan suya no casa. Pero
si nuestra jojoya, Peluche, tuviera intención que no la tiene, este querría
doble cuchufleta y hasta Dj a la hora del chocolate.
Yo con Pepe de estos temas no hablo,
es tan apaisado y cuadriculado, que no entendería mis inquietudes de madre
casamentera exprés. Y el caso es que hace dos días me he enterado que mis
jojoyas van de boda. ‘¡Qué nervios me han entrado!, vamos que no duermo.
Primero emocionada y segundo por las cortapisas que me encuentro en dicha boda,
porque lo primero que pensé fue llamar a los novios para que me mandarán por
email urgente el catálogo de solteras asistentes a dicho dicharachero evento,
pero no tengo confianza suficiente con los novios y, la novia que me entendería,
me malicio que está muy ocupada comprando cuchufletas para el día más feliz de
su vida.
Entonces, decidí preguntar a Peluche- con
su madre se explica como un libro sin letras- que me diera detalles. Me mandó a
tomar vientos. Es más, me dijo que lo que mejor podía hacer era cruzar a Perro
para que tuviera descendencia. Yo no me callé y le dije” Pero cómo voy a cruzar
a Perro si no le gustan las perritas” A lo que me contestó “Pues cómprale una
cama nueva”, pero ante mi insistencia me dijo “Mamá vete a la puerta de la
iglesia y allí despejas todas tus incógnitas” Pero cómo voy a ir a la iglesia,
me llamarían cotilla. Claro que sería lo más positivo, porque vería el catálogo
de solteras y sin compromiso que hay in situ y, como conozco los gustos de mi
niño mayor y, sobre todo, me conozco a mí misma en días impares, en los pares
no me conozco ni yo, pues iría sobre seguro.
Ante mi emoción frustrada y el no
saber qué conducta tomar sin que quede estridente y de madre agresiva y”meteloentodo”, a la desesperada he
cogido a mi Pepe y se lo he contado de pe a pa. Me ha dejado hablar, él estaba
camuflado detrás del periódico, sería para concentrarse mejor en mis
inquietudes de madre colocadora de cachorros. Y cuando termino mi exposición
espléndidamente argumentada, va y me dice “Fíjate, en este artículo cuenta que
los melocotones de Calanda son los mejores, y ayer justamente compre dos
kilos”… Me han dado unas ganas de ponerle en la cabeza un melocotonar entero…
¡Puerca miseria!
3 comentarios:
Jajajajaja, qué arte tienes, dile a tu Pepe que te escuche un poquito. Un beso grande.
Alguien que compra melocotones de Calanda es porque no se conforma con cualquier cosa, así que ármate de paciencia.
A un hombre que te deja hablar de esos temas sin que le entren unas terribles ganas de ir al cuarto de baño hay que ponerle una corona en la cabeza no un melocotonar.
Besos
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