Es mi cumpleaños y mientras tomo mi primer café miro atónita a mí alrededor.
El subconsciente no hace más que decirme ¡Qué horror!, me han dado unas ganas
de darle una patada. Me está amargando desde que se ha despertado el tipejo
ese. Total porque la mesa de la cocina está llena de platos y vasos sucios, la
coneja feliz de su regreso caga como si no hubiera un mañana, el perro bebe y
bebe como los peces en el río y pisa todo. ¡Horror!, vuelve el pesado del
subconsciente a decir porque no tengo un comedor para comer, en cuatro meses
mis hijos lo han convertido en un improvisado vestidor. Una montaña de ropa
sucia en el suelo, una montaña de ropa limpia por planchar. Unos tiestos
disecados me miran para que les tire a la basura. Todo se mezcla. Maletas con chorizos
de Cantimpalo, botes de leche vacíos con botes de gazpacho. Todos me cantan
“Feliz cumpleaños”… “Iros al cuerno”, les digo con mirada amenazante mientras
mis riñones se resienten de haber descargado un coche con un marido refunfuñón
diciéndome, ¿pero qué llevas ahí, la biblioteca nacional, Valladolid fashion
week, el jardín botánico? Llevo mis chismes, contesté yo malhumorada y herida.
Y claro, salió a relucir mi dignidad de mujer con chismes y me descargué el
coche, ¿y ahora qué pasa? Riñones al jerez.
Me metí en la cama por debajo de pañuelos camisetas y vestidos
huyendo de tanto destartale y a las doce en punto apareció mi niño mayor con el
perro a cantarme el cumpleaños feliz. Le miré como las vacas al tren y apagué
la luz.
A media noche me desperté, ¿dónde estás, quién es ese que duerme a
tu lado? ¡Qué sudores! No sabía en qué cama estaba, menos mal que toqué la
tripita del que dormía a mi lado y supe inmediatamente que estaba a buen
recaudo.
Hoy es mi cumpleaños y el de mis chismes, supongo. La verdad es
que me dan unas ganas de salir corriendo. A ver, una cumple años y vas
acumulando sensaciones y materia. El problema radica en la acumulación de
materia propia y ajena, porque no hay que engañarse cuando vives con gente todo
suma: lo tuyo, lo mío y lo de más allá, más un perro y una coneja. Total, una
bola estomacal en tu cuerpo diciéndote “Elimina”… Y aquí estoy, eliminando lo
que llamo basura. Tendré cuidado de no ponerme delante de la bolsa o me meto yo
también.
Por si acaso, me he retirado, puesto otro café y he cogido el
móvil… Veo que la gente me quiere y se acuerda de mí. Eso es lo que me debe
importar.
¡MUCHÍSIMAS GRACIAS A TODOS POR VUESTRO DESEOS!
7 comentarios:
Jajaja...como me gustan estos relatos tuyos tan bien escritos y con tanta gracia.
Hoy, te deseo ¡Muchísimas Felicidades! y te envío un abrazo muy especial y millones de besos.
¡Que guapa, te veo en la fotografía!
Muchas felicidades, Mª Ángeles.
Besos y que pases un feliz día.
Siempre esa mezcla de frescura y humanidad.
Felicidades.
Aunque con retraso te deseo un feliz cumpleaños, todo lo que cuentas es señal de que vives acompañada, cuando se casen te creerás liberada, pero la familia aumemta, vienen los hijos con sus parejas y luego llegan los nietos que casi irremediablemente, tienes que cuidarlo, son parte tuya y los padres tienen que trabajar, pagar la hipoteca los coles, así que hay que echar una mano..
Disfruta ahora...
Un fuerte abrazo y agradezco tus relatos de vivencia reales que nos hacen recordar tiempos pasados y añorarlos.
Estas guapísima.
Maite
Tú misma lo has dicho: lo importante es el cariño que dan, cada cual a su manera. Y lo más importante aún es poder cumplir años y tener salud para continuar en la lucha con tan buen humor. Felicidades y abrazos.
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