sábado, junio 28, 2014

PRINCIPES Y PRINCESAS DESTEÑIDOS

Hoy me voy de boda y me hace mucha ilusión, hace muchos años que no asisto a una, así que una de las cosas en que mi cabeza ha estado entretenida estos meses ha sido encontrar un atuendo adecuado; después de levantar dolor de cabeza a mis amigas, machacar mis pies por Madrid de tienda en tienda, encontré el modelo. Volví a casa pletórica, pero me duró un par de suspiros porque empecé a dudar, mi eterna duda como para todo, desojando siempre la margarita. Pienso que la imagen es la tarjeta de presentación de nosotros mismos ante los demás; tarjeta que se puede ir al garete, por supuesto, con tu primer gesto, palabra o acción. Pero esto no me da miedo porque me gusta la gente, me encanta escuchar y reír pero, ¿y el atuendo? “Menos es más” retumba en mi cabeza, “Deja que la riqueza esté en esos detalles invisibles y en sus matices, en el poder de lo pequeño y que crezca la magia que encierra dentro de su menudencia”, me sigo diciendo mientras pienso que mis amigas son unas santas que me mantienen siempre los pies en la tierra y me quieren con todas mis luces y sombras… Porque una persona sin un amigo es como si le faltara algo a su ser, ¿verdad? Yo cada vez tengo menos amigos, pero los pocos que tengo crecen y engordan más en mi vida, más rango e importancia tienen. Sin dejar de ser yo misma, sus conductas son un talismán y espejo para mí.
Y pensando en el tesoro que anida en mi vida por la amistad, me acuerdo de los que hoy se casan, dos jóvenes estupendos, guapos y simpáticos pero, ¿ellos sabrán que  los príncipes azules, las princesas de cuento se destiñen en algún momento de su convivencia? Porque es ahí donde entra la otra relación que no es azul ni rosa, sino un príncipe y una princesa descafeinados y el si serán capaces de mantenerse fieles… Los amores lentos, cocinados sin prisas son maravillosos, y certeros, pero hasta esos se deterioran porque la convivencia es dura, muy dura y si se olvida lo qué es perdonar, olvidar, comprender, respetar, aliñado con grandes dosis de buen humor, pues todo se va a tomar viento fresco. Porque hay un momento que la seducción, el sexo, pasan ambos a un segundo término, sin que dejen de tener su perpetua importancia, por supuesto, y crecen el compañerismo, la amistad, la eterna amistad…
¿Serán capaces la gente joven, los que hoy se casan, de mantener todo eso?
En fin, como os iba diciendo, no sé qué atuendo me podré hoy, lo que es seguro que intentaré pasármelo genial y brindaré por los novios para que la llama no se apague y encajen bien el desteñido de sus personas.

¡Buen fin de semana amigos!

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