Abrí el semanal por
una hoja cualquiera y allí estaba la imagen esperándome para que, de alguna
manera y forma, la diera vida. Me dejó impresionada la belleza del instante en
que el fotógrafo disparó y capturó aquel momento tan íntimo de dos desconocidos…
El encuadre es perfecto:
a ambas esquinas dos árboles pelados; sus ramas claman al cielo tan vacías que
hieren el alma. Sin embargo, hay un arbolillo famélico conservando, a pesar de
la tempestad, unas hojas que se me antojan que guardan un eco del verde que fue…
El suelo está barnizado de blanco, nieve, y decorado por unas pisadas, no más…El
horizonte no existe en la imagen porque una espesa cortina gris tapa cualquier
esperanza de visibilidad, sin embargo, por encima de la dudosa elegancia de la
melancolía que transmite, emerge fulgurante el arco iris de la vida: justo en
el centro se halla un humilde banco de plástico de un verde intenso y, sentaos,
una pareja. Él rodea con su brazo los hombros de la mujer cuya cabeza también
está regada de luces de colores; un gorro con un enorme pompón rojo.
Ellos miran hacia el
horizonte catapultado por la niebla; debe hacer frío, mucho, incluso ser vidas
áridas, descarnadas y crueles la de los dos personajes anónimos y, sin embargo,
he presentido su calor, su determinación a seguir esperando que cambien aquel
paisaje tan invernal como descorazonador.
Cerré la revista, no
deseaba leer, mis ojos estaban llenos de la historia que me acababa de narrar
un fotógrafo sin una sola letra. Apagué el flexo y me dormí; está noche he
soñado que esa pareja ha sobrevivido al temporal.
PD. No he podido reproducir la foto porque no la he encontrado en Internet; la autora es Yalda Moaiery y sale en el semanal del País del 2/2/14
5 comentarios:
Preciosa descripción, mari Ángeles! Sin duda, la belleza siempre se encuentra en los ojos de quien mira. Y los tuyos saben distinguirla perfectamente. Eso es un gran don.
Feliz semana.
Vuelvo a la carga y como siempre vuelvo a buscarte , a disfrutar de tus escritos y como siempre disfruto tanto ...me alegro de reencontrarte ,espero que te encuentres muy bien amiga.
Algunas imágenes logran condesar toda una experiencia vital, imposible de plasmar en un texto.
Por eso me encanta ser aprendiz de fotógrafo.
Besos en una tarde de mesa camilla.
Yo he visto la foto a través de tu escrito. Lo haces vívido y real. Tienes el arte de expresar con precisión la imagen y, es más, lo que despierta y genera en el corazón de las personas.
No pululo mucho por los blog últimamente, pero el tuyo sigue siendo la misma maravilla.
Un abrazo
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