No hay mejor banda sonora para un verano incierto, de números rojos,
carestía en los bolsillos, e indignados presentes, que el rumor de las olas y
el viento trepando por la arena.
No hay gaviotas sino niños subidos a castillos de plata, madres vigía, y
soñadores en azul cobalto.
Neveras bajo una sombrilla de colores, lectores recolectando historias, y
el loco del transistor que hasta la playa se ha acercado en este verano de
sombras amarillas y azules, donde la mejor banda sonora siguen siendo las olas
y el viento en un mar que juguetea al llegar a nuestra orilla.
Es verano para todos, pero sobre todo para aquellos que tienen el alma
encogida por esa nube negra instalada en el horizonte de su presente. No tienen
nada y sus recursos se acaban, sin embargo se adhieren a la ola convirtiéndose
en espuma, en espejo de un sueño. Son tan realidad que, a veces muchos, miramos
para un costado porque duele ver tanta pobreza, tanta verdad en sus manos
vacías, tanta desolación en una mirada… Por eso brindo por el verano de los que
no tienen, de aquellos que buscan la sombra bajo un árbol, y cierran los ojos
para ver un mar que no tocan, para escuchar las risas de sus pequeños
jugueteando entre el agua y la arena… Para sentir el calor de ese sol que se
mezcla con el yodo, y a su olfato llega el aroma del salitre.
3 comentarios:
brinco contigo por ellos, querida amiga.. tu nuevo blog.. me gusta.. como verte tan bella en esa foto.. que te alumbra ...
Un beso...
¿cuanto tiempo llevamos juntas en esto??
un beso.. algun día hasta tenemos que hablar por correo interno.. mas tranquilamente..
¿te parece?
besos llenos de cariño hacia ti.
Pobreza por todas partes.
Cada vez peor, y peor, y peor...
Es desesperante.
Besos.
La cosa está que arde en pleno otoño. Uno de mis amigos está por llamar al programa de TVE "Tiene arreglo", porque tiene el desempleo agotado y solo encuentra trabajos esporádicos como cinco días a media jornada en Correos. Eso cada dos meses o así.
Un abrazo al filo de la cena.
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