Ha dejado de llover. De llover esa agua deseada, agua clara, finas y abundantes gotas de cristal; ahora sólo queda el repique de sus lágrimas silenciosas, del chapoteo de las ruedas, del tintinear del tejado al suelo.
Ahora sólo queda el silencio del agua que se fue, enmudecida la ciudad de truenos y rayos estrellándose contra los árboles del Paseo de Zorrilla. Rayos de luz y sonido iluminando la Casa Matilla de un blanco roto que estremece, de una luz de duendes endemoniados.
Ya no llueve aunque la lluvia ha empapado el campo sediento.
Era una lluvia cortinera de gris humedecido, de humo y transparencia encerrada, atrapada, en la tierra reseca.
Ya no llueve, el llanto ha cesado, sólo queda el silencio de una tarde de Semana Santa en tierras castellanas.
Cristos y Vírgenes que son del pueblo, y de la calle su reino, han quedado en sus humildes moradas.
Han cesado sus pasos por esa lluvia que hacía meses que se la esperaba. Tantos, que hoy, esta tarde, ha llegado hasta cerrar los ojos a ese cielo soleado.
Ha dejado de llover y el asfalto es un espejo y, la noche, un gran feudo para guardar el descanso del silencio.
Hoy, esta tarde, ha llovido en Valladolid, con furia, con ganas, tantas, que ha callado a trompetas y tambores.
4 comentarios:
Ahora llueve aquí.
Pero no tan bonito como lo dices tú.
Besos.
Aquí también llueve esta tarde.
Besos preciosa en cuanto puedas ven a verme que me da mucha alegría de verte.
Un abrazo y cariños
Por aquí no llueve.. pero como lo has escrito es hermoso sentir la luvia..
Que disfrutes de las vacaciones
Un abrazo
Saludos fraternos..
Precioso texto, Ángeles. Precioso de verdad...¡Felices Pascuas!
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