LUCES Y SOMBRAS

Los caminos del conocimiento son a veces casualidades que salen a tu encuentro; sólo necesitas tirar de la madeja… Dicen que el lado más sucio de la droga vuelve a las calles. Esperar un trabajo que no llega nunca hace que muchos tiren por el camino más fácil y, por desgracia, se sitúa en las barriadas más pobres y, por tanto,  más degradadas de una ciudad. Ésta la has podido conocer en todo su esplendor porque es una ciudad bellísima, te hablo de Jerez de la Frontera. Sin embargo, posee  una sombra llamada el barrio de Chicle ubicado en un terreno arcilloso capaz de retener el agua de la lluvia produciendo grandes barrizales; de ahí su nombre. Las lenguas más saladas dicen que la gente se quedaba pegada al barro perdiendo hasta los zapatos. Pero a principios de siglo allí se construyó un balneario que frecuentaba la alta sociedad jerezana. Pero el tiempo no perdona y aquel lugar ha acabado siendo una barriada extensa de gente pobre, gente trabajadora y gente que tira por esas calles de tránsito fácil y dinero sucio.  Allí también viven raperos que sueñan con que un día saldrán del barrio aunque el barrio jamás salga de sus venas.

He leído que Cáritas está haciendo una gran labor con esa gente de sombras que parece no ver la luz. Y también he leído que por esas calles de Chicle hay fe, sí,  digo bien: fe que, para muchos,  dicha fe no es ná, pero  para mí ha arrojado mucha luz. La parroquia de San Rafael  ha encargado un Cristo a un imaginero sevillano (Fernando Aguado ha realizado una talla de gran realismo y carga dramática) que saldrá por primera vez el sábado santo y le han llamado Ntro.  Padre Jesús de la Salud. Muchísimas madres, estoy convencida, ese sábado del mes de abril le pedirán que sus hijos salgan de la oscuridad a la luz. Me temo que más de uno pensará que soy una ingenua…, puede, pero soy de las que sostiene que la fe mueve montañas. Por lo tanto ¡Bienvenido Cristo de la Salud!