FÁBRICA DE SUEÑOS

FERNANDO tiene veintitrés años y una fábrica de sueños por cumplir. Se ha comprado un coche que está pagando a plazos y tiene un viaje pendiente a Marruecos la semana que viene con su familia. También, posee un montón de amigos porque él es muy espontáneo y abierto, enseguida se hace con la gente. Además, es amable, cariñoso y leal. Bueno, su madre matiza que es muy testarudo y desordenado. De pequeño pegaba patadas a todo lo que se menease, y más de una vez la llamaron del colegio porque las clases de kárate hacían mella en sus compañeros La abuela comenta que lo que más le gusta de su nieto es esa alegría que contagia; está todo el día riendo.
Patricia, su novia, dice que FERNANDO posee unos ojos que enamoran y que en primavera, aunque son muy jóvenes, se casaran; quieren estar juntos.
FERNANDO, cuando llegó la edad de elegir futuro, él lo tenía claro: sería guardia civil; su padre se mostró orgulloso y su madre, reticente, pero nada pudo hacer por la decisión del chaval. Patricia le despidió llorosa, pero apoyó su decisión.

Un sábado, da igual el día y el año, FERNANDO y su compañero RAÚL salían de desayunar; tres asesinos les estaban esperando. Un tiro se cebó en sus cabezas. RAÚL murió en el instante, y FERNANDO aún quedó flotando en la oscuridad varios días; luego, siguió los pasos de RAÚL.
Hoy, el padre de FERNANDO se agarra a la fábrica de sueños de su hijo. Está silenciosa; las máquinas han dejado de fabricar futuros… Sólo le queda el consuelo de que su hijo no voló al paraíso hasta que la policía atrapó a los asesinos. Después, con su última misión cumplida, como buen guardia civil, cerró su expediente para siempre… La eternidad le esperaba.
PD. Todo es inventado, aunque sea tan real como la vida misma.